Comprendiendo el trastorno bipolar
Autora: Joaquina Lloreda Morillo
Psiquiatra. Unidad de Salud Psicológica
El trastorno bipolar es un trastorno del estado de ánimo que se caracteriza por cambios extremos y cíclicos en el estado de ánimo. Las personas con trastorno bipolar experimentan episodios de manía, donde se sienten eufóricas, energéticas y tienen un aumento en la actividad y la impulsividad, seguidos de episodios de depresión, donde se sienten tristes, desesperanzadas y tienen una disminución en la energía y la motivación.
Hay varios tipos de trastorno bipolar, que se diferencian por la severidad de los episodios maníacos y depresivos. El trastorno bipolar tipo I se caracteriza por episodios maníacos graves que pueden incluir síntomas psicóticos, mientras que el trastorno bipolar tipo II implica episodios depresivos mayores y episodios hipomaníacos más leves.
Aunque las causas exactas del trastorno bipolar no se conocen completamente, se cree que hay una combinación de factores genéticos, químicos y ambientales que contribuyen a su desarrollo. Los desequilibrios en los neurotransmisores, como la dopamina y la serotonina, pueden desempeñar un papel importante en los cambios de humor.
El diagnóstico del trastorno bipolar se basa en la evaluación de los síntomas y la historia clínica del individuo. El tratamiento del trastorno bipolar generalmente implica una combinación de medicamentos estabilizadores del estado de ánimo, como los estabilizadores del ánimo y los antipsicóticos, y la psicoterapia. El objetivo del tratamiento es controlar los síntomas, prevenir recaídas y ayudar a la persona a llevar una vida equilibrada.
Es importante destacar que el trastorno bipolar es una condición crónica y requiere un manejo continuo. Aquellos que viven con trastorno bipolar pueden beneficiarse de establecer rutinas regulares, mantener una buena higiene del sueño, evitar el estrés excesivo y el consumo de sustancias, y buscar apoyo de profesionales de la salud mental y seres queridos.
Si tú o alguien que conoces está experimentando síntomas de trastorno bipolar, es fundamental buscar ayuda médica para recibir un diagnóstico adecuado y desarrollar un plan de tratamiento personalizado.
Cirugía del ligamento cruzado anterior y su readaptación funcional
Autor: Álvaro Donoso Ruiz-Castizo
Readaptador físico y deportivo
Unidad de Salud Musculoesquelética de Higea Salud Integral
La readaptación funcional en una rotura del ligamento cruzado anterior (LCA) es un proceso importante para la recuperación y el retorno a las actividades deportivas o funcionales. La rotura del LCA es una lesión común en la rodilla que puede ocurrir durante la práctica de deportes que implican movimientos bruscos, como el fútbol, baloncesto o el esquí.
La readaptación funcional tiene como objetivo restaurar la función y estabilidad de la rodilla afectada después de una rotura del LCA, ya sea mediante tratamiento conservador o quirúrgico. Aunque la cirugía de reconstrucción del LCA es comúnmente recomendada, el enfoque de rehabilitación puede variar dependiendo de las circunstancias individuales, como la edad, nivel de actividad y grado de lesión.
El proceso de readaptación funcional generalmente involucra varias fases, que pueden incluir:
Fase inicial: Después de la lesión o cirugía, se busca reducir la inflamación y el dolor. Se pueden utilizar terapias como el reposo, la crioterapia (aplicación de hielo), la compresión y la elevación de la rodilla (RICE, por sus siglas en inglés: Rest, Ice, Compression, Elevation). Además, se pueden utilizar dispositivos de asistencia, como muletas, para evitar el peso completo sobre la rodilla.
Fase de recuperación de la movilidad: Una vez que la inflamación y el dolor se hayan reducido, se enfoca en recuperar la movilidad y el rango de movimiento de la rodilla. Se pueden realizar ejercicios de movilización pasiva y activa, estiramientos suaves y ejercicios de flexibilidad.
Fase de fortalecimiento: En esta etapa, se trabaja en fortalecer los músculos que rodean la rodilla, incluyendo los cuádriceps, isquiotibiales, glúteos y músculos de la pantorrilla. Se pueden realizar ejercicios de fortalecimiento progresivos, como ejercicios con pesas, bandas elásticas, máquinas de resistencia y ejercicios funcionales que simulen los movimientos deportivos específicos.
Fase de entrenamiento funcional: En esta etapa, se enfoca en mejorar la estabilidad y la coordinación de la rodilla durante las actividades funcionales y deportivas. Se pueden realizar ejercicios de equilibrio, ejercicios pliométricos (saltos y aterrizajes controlados), entrenamiento de propiocepción y ejercicios específicos del deporte o actividad que se practique.
Es importante destacar que la readaptación funcional debe ser supervisada por un profesional de la salud, como un fisioterapeuta o médico especializado en medicina deportiva. El programa de rehabilitación se adapta según las necesidades individuales del paciente y la evolución de la lesión. También se debe tener en cuenta que la readaptación funcional puede llevar varias semanas o meses, dependiendo de la gravedad de la lesión y la respuesta del paciente al tratamiento.
En resumen, la readaptación funcional en una rotura del ligamento cruzado anterior implica una serie de fases progresivas que abarcan desde la reducción de la inflamación y el dolor hasta el fortalecimiento muscular y el entrenamiento funcional específico. El objetivo final es permitir al individuo volver a realizar las actividades deportivas o funcionales de manera segura y con una buena función de la rodilla afectada.
Alopecia femenina
Autor: Dr. Alejandro Ramírez Sánchez
Médico y Cirujano Capilar de Higea Salud Integral
La alopecia femenina se refiere a la pérdida de cabello en las mujeres. Aunque es más común en los hombres, la alopecia también afecta a muchas mujeres en diferentes grados.
Hay varios tipos de alopecia femenina, siendo los más comunes:
- Alopecia androgenética: Es el tipo más común de alopecia en las mujeres. También conocida como calvicie de patrón femenino, se caracteriza por una pérdida gradual del cabello en la parte superior de la cabeza. La alopecia androgenética está relacionada con factores hormonales y genéticos.
- Alopecia areata: En este caso, se produce la pérdida de cabello en parches redondos u ovalados. La alopecia areata es una enfermedad autoinmune en la que el sistema inmunológico del cuerpo ataca los folículos pilosos, lo que resulta en la caída del cabello.
- Alopecia traumática: La alopecia traumática se produce como resultado de daños repetidos o excesivos en el cabello, como el uso excesivo de herramientas de peinado caliente, productos químicos agresivos o tracción constante del cabello debido a peinados apretados como trenzas o coletas.
- Efluvio telógeno: Es una forma temporal de pérdida de cabello que ocurre después de un evento estresante, como el parto, una enfermedad grave, una cirugía o un trauma emocional. En el efluvio telógeno, una gran cantidad de cabello pasa a la fase de reposo (telógena) y luego se cae, provocando un adelgazamiento temporal del cabello.
El tratamiento de la alopecia femenina puede variar según la causa subyacente. Algunas opciones de tratamiento incluyen medicamentos tópicos o orales, terapia de luz láser, inyecciones de esteroides, terapia hormonal y trasplante de cabello. Es importante consultar a tu especialista en Medicina y Cirugía Capilar para determinar el tipo de alopecia y el enfoque de tratamiento más adecuado para cada caso.
Luxación recidivante de rótula. Cuando se te “sale la rodilla”
Autor: Dr. Javier Romero Fernández (Traumatólogo)
La rótula es el hueso sesamoideo más grande del cuerpo humano formando parte del aparato extensor de la rodilla, en el esposor del mismo, entre el tendón del cuádriceps y el tendón rotuliano.
La rótula actúa como una polea que permite la transmisión de fuerzas de contracción del cuádriceps al tendón rotuliano, anclado en la tibia, permitiendo extender la rodilla.
La luxación de rótula. Generalidades
La luxación femoropatelar (más conocida como luxación de rótula) es una lesión consistente en que se pierde la relación anatómica articular entre la rótula y el fémur, a nivel de la tróclea femoral.
La luxación aguda de la rótula suele producirse en pacientes jóvenes generalmente como consecuencia de un traumatismo previo, en personas que pueden presentar factores predisponentes.
Este tipo de lesiones son en muchos casos recurrentes, debido a que la lesión del ligamento patelofemoral medial que se produce en el episodio agudo, se sueles asociar alteraciones anatómicas congénitas que predisponen a que la rótula tenga un mal recorrido sobre el fémur, durante la flexoextensión de la rodilla y favoreciendo los episodios de luxación repetida.
La tasa de recidiva de esta lesión tras el primer episodio alcanza el 40% de los casos, por lo que se trata de un problema frecuente que en muchos casos puede llegar a ser bastante invalidante.
Factores que predisponen a la luxación recidivante de rótula
- En general, aquí se incluyen todos aquellos factores que ocasionan un aumento del valgo y de la rotación externa de la rodilla.
- Sexo femenino: El 70% de las personas que presentan esta lesión son mujeres, esto está muy en relación con el genu valgo o “rodilla en X” mas típicas del sexo femenino.
- Torsión tibial externa o rotación femoral interna.
- Aumento del ángulo Q.
- Rótula alta
- Displasia troclear
- Aumento de la distancia TA-GT
- Atrofia del vasto medial del cuádriceps
Cómo se produce la luxación
Generalmente, el primer episodio tiene lugar como consecuencia de un traumatismo directo sobre la rodilla. Posteriormente, este tipo de luxación o subluxación es causado por movimientos rotacionales asociado simultáneamente a la contracción del cuádriceps en pacientes con los factores predisponentes descritos con anterioridad
¿Qué síntomas produce esta lesión?
En la fase aguda, la persona lesionada, presenta la rodilla en flexión, con la rótula lateralizada e impotencia funcional severa.
¿Cómo se trata la lesión de forma aguda?
Es obligatoria la reducción de la luxación aguda, mediante un procedimiento muy sencillo consistente en relajar a la persona lesionada y sujetándole la pierna, ayudarle lentamente a extender la rodilla por completo, lo que ocasionará que la rótula vuelva a su posición. Posteriormente se coloca un yeso con la rodilla en extensión durante unas 3-4 semanas, antes de iniciar la rehabilitación específica.
Cuando la luxación es recidivante (repetitiva), ¿qué opciones de tratamiento hay?
En primer lugar, aconsejamos llevar a cabo un tratamiento conservador de la lesión mediante la potenciación isométrica del cuádriceps, especialmente del vasto medial oblícuo, que ayudará a estabilizar la rótula. Si este tratamiento no es suficiente, será conveniente llevar a cabo el estudio del caso mediante exploración física, TAC y RMN, para medir determinados parámetros que nos facilitarán la planificación del tratamiento quirúrgico.
¿Tienes luxaciones de rótula frecuentes?, ¿Conoces a alguien con este problema?
No dudes en consultarnos para darle la mejor solución a tu problema.
Epicondilitis. El codo de tenista no es sólo una lesión deportiva
Autor: Dr. Javier Romero Fernández (Traumatólogo)
¿Qué sabes sobre el “codo de tenista”?
Habrás escuchado hablar del codo de tenista. Es la denominación común para un trastorno frecuente, llamado epicondilitis, que no sólo se presenta en los que practican esta disciplina deportiva.
¿Qué es la epicondilitis?
Se trata de un proceso inflamatorio asociado a cierta degeneración de la inserción de los tendones extensores de los dedos y la muñeca a nivel del epicóndilo humeral, en la cara externa del codo.
¿Cómo se produce?
El uso repetitivo y prolongado del miembro superior produce microtraumas y la acumulación de estos pequeños traumatismos finalmente genera una lesión de los tendones, que se acompaña de inflamación y dolor.
Para desarrollar una epicondilitis, existen diversos factores de riesgo que favorecen su aparición. Los más importantes son los siguientes
- Actividades deportivas: como el pádel, el tenis, el baloncesto o el balonmano, motociclismo…
- Actividades laborales: servicios de limpieza, conductores, mecánicos, montadores, ofimática y todos aquellas actividades que impliquen movimientos repetitivos de fuerza de extensión de los dedos o la muñeca.
- Enfermedades reumáticas
Síntomas
El síntoma más característico de la epicondilitis es el dolor en reposo, que se evidencia en el antebrazo del miembro afectado, generalmente el dominante, aunque puede ser bilateral.
En ocasiones, este dolor puede extenderse a la parte posterior del brazo.
A su vez, se presenta dolor al palpar la cara externa del codo y al ejecutar movimientos con la muñeca. Un síntoma recurrente es la pérdida de fuerza de agarre y se pueden presentar contracturas musculares en el antebrazo.
Tratamiento
En la fase aguda, el proceso puede tratarse con hielo local, reposo y medicación antiinflamatoria. Las modificaciones ergonómicas pueden ser muy útiles pues minimizan la acumulación de microtraumas sobre los tendones involucrados. Se debe evitar cargar pesos o realizar actividades manuales repetitivas.
Asimismo, es recomendable realizar ejercicios de estiramientos específicos para epicondiltis, centrándose en el estiramiento pasivo de los extensores de los dedos y la muñeca. La fisioterapia específica, es siempre aconsejable para acelerar la recuperación.
También puede utilizarse una banda o cincha para epicondilitis que se coloca distalmente en el codo, sobre el vientre muscular de los extensores, y que minimiza la sobrecarga sobre la inserción tendinosa en el epicóndilo humeral (cara lateral del codo).
En casos refractarios al previo tratamiento oral se pueden realizar infiltraciones con corticosteroides, plasma rico en plaquetas o la combinación de ambas. Es recomendable, especialmente en pacientes que realizan actividades laborales que predisponen a la epicondilitis, llevar a cabo un tratamiento de mantenimiento con infiltraciones de plasma rico en plaquetas, con una o dos dosis anuales, lo que disminuye el riesgo de recidiva de la lesión. Otra alternativa de tratamiento es la electrólisis percutánea (EPTE).
La cirugía está reservada a los casos que no presentan mejoría en 6 a 12 meses. Se enfoca en la supresión de los tejidos lesionados y en la reinserción de las estructuras musculares y tendinosas.
Como ves, la epicondilitis o codo de tenista es una lesión común que puede llegar a ser muy limitante, pero que con el tratamiento adecuado ante los primeros síntomas, suelen evolucionar favorablemente en la mayoría de los casos.
¿Te reconoces en algunos de sus síntomas? Déjanos un comentario
Tendinopatía de la pata de ganso
Tendinitis de la pata de ganso. El dolor de la cara interna de la rodilla no siempre es un menisco roto.
Autor: Dr. Javier Romero Fernández (Traumatólogo)
A muchas personas le suena extraño cuando se le dice: “su problema es que tiene una tendinopatía de la pata de ganso”. No son pocos los que suelen mirar con extrañeza a su médico en la consulta. “¿Qué tendrá que ver lo que me pasa con un pato?” pensarán algunos…
¿Qué es la pata de ganso?
La conocida como pata de ganso, lejos de ser que tengamos un pato en la rodilla, es la inserción común de los tendones de los músculos isquiotibiales (semitendinoso, recto interno y sartorio) en la cara interna de la meseta tibial (la parte más alta de la tibia), a nivel de la rodilla. Debe su nombre a la forma anatómica que presenta esta inserción tendinosa conjunta, donde los tres tendones se unen con una membrana, lo que hace que se asemeje a la imagen de la pata de un pato.
¿Qué es la tendinitis o tendinopatía de la pata de ganso?
La tendinitis de la pata de ganso es una dolencia que afecta al punto en el que se unen los tendones isquiotibiales antes mencionados a la tibia, por debajo de la interlínea articular interna de la rodilla.
¿A quién afecta?
En nuestro medio, es especialmente frecuente en personas que tienen artrosis de rodilla en diferentes grados.
Asimismo, se trata de una dolencia bastante frecuente en personas que tienen problemas en la pisada y que son deportivamente activas, también en personas que hacen demasiado ejercicio o que tienen problemas pélvicos y lumbares.
¿Cómo se produce?
Esta patología se produce cuando se inflama o se irrita esta inserción conjunta tendinosa que es la pata de ganso, en las personas con los factores predisponente que hemos comentado en el párrafo anterior. Las tendinopatías, incluida la de la pata de ganso, asocian un componente degenerativo del tendón que también tendrá interés de cara a determinar las opciones de tratamiento de esta lesión, como veremos más adelante.
Síntomas de la tendinitis de la pata de ganso.
El síntoma más característico cuando se sufre esta dolencia es el dolor en la cara interna de la rodilla. Este puede presentarse tanto de día, con el cuerpo en movimiento, como de noche estando en reposo. Es muy frecuente que el dolor aumente por la noche, cuando se apoya una rodilla sobre la otra al dormir de lado, lo que obliga a la persona que la padece a usar un cojín entre las rodillas para aliviar los síntomas.
En su fase inicial puedes sentir solo molestias cuando haces determinados movimientos con la rodilla, pero, si no lo tratamos, el cuadro puede empeorar.
¿Cómo se diagnostica esta lesión?
El diagnóstico de la tendinopatía de la pata de ganso es fundamentalmente clínico, mediante un adecuada exploración de la rodilla por parte de su Traumatólogo. En algunas ocasiones, se realiza un estudio ecográfico para confirmar el diagnóstico y/o para realizar tratamiento con técnicas ecoguiadas.
Opciones de tratamiento para la tendinitis de la pata de ganso
Para tratar esta patología, existen diferentes opciones. Las más frecuentes, os las explicamos a continuación.
Antiinflamatorios no esteroideos. Son los antiinflamatorios habituales. Para que sean efectivos deben mantenerse un tratamiento prolongado de unas 4 semanas. También puede asociarse cremas tópicas, aunque son mucho menos efectivas:
- Infiltraciones corticoanestésicas: Muy efectivas y de acción bastante rápida en la mayor parte de los casos. En muchos casos, se realiza como primera opción de tratamiento debido a los buenos resultados que presenta.
- Infiltraciones de plasma rico en plaquetas: Tienen un inicio de acción más lenta, aunque con unos resultados muy buenos. Puede utilizarse como primera o segunda línea de tratamiento. Ya sea como tratamiento inicial o bien tras la realización de otros tratamientos previos que hayan resultado o no efectivos, de cara a favorecer la resolución del problema y evitar recaídas.
- Electrólisis Terapéutica Percutánea: Es una medida física de tratamiento, con buenos resultados en algunos casos, aunque requiere de varias sesiones. El problema que tiene es que puede aumentar el dolor en los primeros días tras la lesión y no se puede asociar a antiinflamatorios orales porque anulan el efecto de la electrólisis.
Y tú, ¿has sufrido alguna vez tendinitis de la pata de ganso? ¡Déjanos un comentario contando tu experiencia!
Artrosis De Rodilla (Gonartrosis)
Autor: Dr. Javier Romero Fernández (Traumatólogo)
La rodilla es la articulación de nuestra anatomía que es asiento con mayor frecuencia de patología degenerativa del cartílago articular, o lo que es lo mismo, artrosis. En esta enfermedad, el cartílago articular se va degenerando de forma progresiva, haciéndose más blando y fragmentándose hasta que llega a desaparecer en los estadios más avanzados de la enfermedad.
¿Cuáles son las causas de la artrosis de rodilla?
La artrosis de rodilla, o gonartrosis puede ser causada por múltiples agentes, aunque la causa principal de la degeneración de la articulación de la rodilla es el sobrepeso, existen otros factores que pueden estar asociados. A continuación nombramos los factores de riesgo más importantes para desarrollar artrosis de rodilla:
- Peso: El aumento del peso corporal ocasiona un importante aumento de las presión dentro de los compartimentos que forman la articulación de la rodilla, lo que da lugar a un mayor “sufrimiento” de las superficies articulares y un mayor daño al cartílago. Aproximadamente el 75% de los pacientes con artrosis de rodilla tienen o han tenido sobrepeso importante durante una larga época de su vida.
- Edad: A medida que van pasando los años, se va produciendo una degeneración progresiva de los tejidos de los diferentes órganos del cuerpo humano y esto también afecta al cartílago articular.
- Fracturas articulares en la rodilla: La existencia de antecedentes de lesiones articulares que consolidan con deformidad en las superficies cartilaginosas de la rodilla, ocasionarán una artrosis de rodilla de forma precoz.
- Lesiones meniscales con pérdida de gran parte de los meniscos: La ausencia de meniscos debido a lesiones graves de los mismos, predisponen a una artrosis precoz dependiente de la zona de la rodilla donde se encontraba el menisco lesionado.
- Lesiones ligamentarias con inestabilidad de la rodilla: Las lesiones de los ligamentos de la rodilla, especialmente las lesiones del Ligamento Cruzado Anterior, se han relacionado de forma clara con la mayor frecuencia de artrosis de rodilla, debido a que la inestabilidad de la rodilla hace que el cartílago articular se degenere con facilidad.
- Actividades deportivas o laborales de impacto: Los impactos sufridos por la rodilla ocasionan degeneración articular precoz, debido al daño cartilaginoso que ocasionan este tipo de actividades.
- Secuelas de enfermedades reumáticas: Las enfermedades reumáticas, producen un deterioro articular precoz y de carácter progresivo, muy en relación con la mala evolución de la enfermedad reumática, que poco a poco puede destruir la articulación.
¿Cuáles son los síntomas de la artrosis de rodilla?
Los síntomas más frecuentes en pacientes con artrosis de rodilla son los siguientes:
- Dolor mecánico (con el movimiento), a menudo con un inicio gradual siendo más acusado a primera hora de la mañana o al iniciar el movimiento, después de períodos de inactividad. El dolor de rodilla a menudo se agrava con las actividades de carga de peso, como caminar, subir o bajar escaleras, arrodillarse y ponerse en cuclillas.
- Ocupación articular. La rodilla se llena de líquido sinovial, debido a los procesos inflamatorios que se asocian a las reagudizaciones de la artrosis de rodilla.
- Rigidez. La movilidad de la rodilla va disminuyendo progresivamente y se va perdiendo el recorrido (o balance) articular, debido a que existe un menor espacio por el deterioro progresivo del cartílago.
- Chasquidos articulares y roces. Las personas con artrosis de rodilla pueden notar chasquidos anómalos y sensación de roce articular con los movimientos.
- Bloqueos: En ocasiones, debido a la existencia de fragmentos de cartílago o meniscos sueltos dentro de la rodilla se pueden producir bloqueos agudos de la movilidad, que pueden llegar a ser muy dolorosos.
- Deformidad de la extremidad: Progresivamente, se va produciendo una pérdida de la alineación de la extremidad lesionada, lo que a su vez acelera el proceso de degeneración articular.
¿Cómo se diagnostica la artrosis de rodilla?
Radiografía anteroposterior y lateral de ambas rodillas en carga. Es la prueba diagnóstica por excelencia en la artrosis de rodilla.
Si tengo artrosis, ¿es conveniente hacerme una resonancia?
Como norma general, NO. Normalmente, son raros los casos en los que se debe hacer una RMN en presencia de una artrosis de rodilla.
Una rodilla artrósica se comporta como una “casa en ruinas”. En este contexto consideraríamos normal que existiesen losas levantadas, alguna viga rota, etc… En una artrosis de rodilla es “normal” tener meniscos rotos o lesiones de ligamentos, pero no por reparar estos meniscos o ligamentos vamos a conseguir forzosamente mejorar la artrosis de rodilla o los síntomas derivados de ella, porque la degeneración articular sigue siendo la misma. Siguiendo con el símil de la casa en ruinas, si arreglamos las losas levantadas, la casa seguirá cayéndose, no nos servirá para nada.
Por ello, en las artrosis de rodilla, la cirugía meniscal se deja como una alternativa previa a la prótesis de rodilla, en rodillas con poca artrosis, aunque advirtiendo al paciente que a pesar de la cirugía, los síntomas pueden persistir.
¿Cómo podemos tratar la artrosis de rodilla?
El tratamiento de la artrosis de rodilla es fundamentalmente médico y sólo se llega a la cirugía en aquellos casos en los que una vez agotadas las medidas de tratamiento conservador, nada resulta efectivo para mejorar la calidad de vida de los pacientes.
Las opciones de tratamiento más efectivas para la artrosis de rodilla son las siguientes, siendo necesaria la combinación de varias de ellas o incluso de todas:
- Control estricto del peso y evitar actividades de impacto
- Usar calzado de suela blanda
- Ejercicios isométricos de cuádriceps
- Analgésicos y antiinflamatorios en fases de dolor
- Infiltraciones articulares con corticoides y anestésicos locales
- Infiltraciones con ácido hialurónico
- Infiltraciones con plasma rico en plaquetas
Estas dos últimas son especialmente efectivas en el manejo intervencionista no quirúrgico de la artrosis de rodilla, de cara a la protección de las superficies articulares y a disminuir la necesidad de recurrir a cirugía protésica de rodilla.
¿Qué ejercicios puedo hacer con mi artrosis de rodilla?
Existen una serie de actividades físicas muy recomendables para pacientes con artrosis de rodilla. Aquí os señalamos los más recomendados:
- Caminar: Se utiliza como alternativa sin impacto a la carrera. Para ello es recomendable el empleo de calzado de suela blanda y caminar por terreno llano, evitando pendientes y escaleras.
- Ciclismo: Es uno de los mejores deportes para los pacientes con artrosis, ya que se trata de un deporte sin impacto que permite trabajar bien la musculatura extensora de la rodilla y mantener la movilidad de la articulación de la rodilla. Se recomienda practicarlo con el sillín elevado, para evitar flexionar la rodilla en exceso, lo que tiende a sobrecargar más la cara anterior de la rodilla.
- Natación y Aquagym: Los ejercicios en piscina están muy recomendados en pacientes con artrosis de rodilla, ya que el efecto del agua elimina la acción de la gravedad sobre las extremidades inferiores y permite trabajar la movilidad y el tono muscular evitando el soporte de peso sobre la rodilla.
¿Cuándo es necesario operarse por una artrosis de rodilla?
En la rodilla artrósica, la cirugía, ya sea protésica o no protésica se reserva para aquellos casos en los que el paciente no responde de forma adecuada a medidas de tratamiento conservador anteriormente mencionadas.
¿Qué tipo de cirugía necesito?
Existen diferentes tipos de tratamiento quirúrgico en artrosis de rodilla. A continuación os dejamos los más habituales:
- Cirugía artroscópica de rodilla. Suele ser más efectiva en estadios iniciales de artrosis, llevando a cabo el llamado “toilette articular”, donde se eliminan restos meniscales y de cartílago que pudiesen ser problemáticos para la rodilla.
- Osteotomías. Se realinean el fémur o la tibia para corregir el eje de carga de la extremidad. Son cirugías importantes, con una convalecencia más o menos larga y que consisten en realizar determinados cortes en los huesos de la rodilla para reorientarlos. Se utilizan en estadios iniciales de artrosis de rodilla en pacientes jóvenes, con el objetivo de mejorar el dolor y retrasar la necesidad de cirugía protésica. La artroscopia, la viscosuplementación articular con ácido hialurónico y las nuevas prótesis de rodilla unicompartimentales han disminuido mucho su indicación en la actualidad.
- Prótesis de rodilla. Ya sean prótesis parciales (de un compartimento de la rodilla) o prótesis totales (indicadas en artrosis de los 3 compartimentos de la rodilla). Consiste en sustituir la totalidad o una parte de la articulación de la rodilla por componentes artificiales. Ofrece un 80% de buenos resultados, pero constituye la última línea de tratamiento de la artrosis de rodilla.
Condromalacia Rotuliana
Autor: Dr. Javier Romero Fernández (Traumatólogo)
Definimos la condromalacia rotuliana como la degeneración (desgaste), reblandecimiento o fisura del cartílago de la articulación de la rótula con el fémur. Se encuentra dentro del grupo de las enfermedades degenerativas del cartílago o condropatías.
Es un problema articular de una frecuencia bastante alta siendo motivo de consulta médica y de atención en consultas de las unidades de rodilla y una de las principales causas de dolor de rodilla, especialmente en mujeres jóvenes o en personas que se arrodillan con frecuencia.
Síntomas de la condromalacia rotuliana
Generalmente, las personas que sufren de esta afección articular suelen presentar:
- Dolor en la zona de la rodilla, en su parte anterior sobre todo al sentarse y bajar escaleras. Es muy característico que las personas que la sufren refieran que cuando permanecen mucho tiempo sentadas con las rodillas flexionadas, al levantarse comienzan con dolor intenso en la cara anterior de la rodilla, que mejora poco a poco (a esto se le conoce como el “signo de la butaca de cine”)
- Es muy frecuente presentar cansancio, sentir las rodillas débiles y fatigadas.
- Crujido al realizar movimiento de flexión de rodillas. A veces los chasquidos articulares pueden ser audibles.
- Sensación de debilidad en el cuádriceps.
Estadificación de la Condromalacia Rotuliana
Todas las condropatías, incluida la condromalacia, pueden clasificarse en 4 grados, en función de la severidad del daño producido al cartílago articular. De esta forma hablamos de:
- Grado I: Reblandecimiento del cartílago, sin fragmentación del mismo.
- Grado II: Reblandecimiento y fragmentación
- Grado III: reblandecimiento, fragmentación y deflecamiento del cartílago articular
- Grado IV: Áreas de pérdida completa del cartílago, con exposición de hueso que está por debajo del mismo. Estamos antes una artrosis definidida.
Factores de riesgo para padecer condromalacia rotuliana
- Genu valgo. La morfoogía en valgo de las rodillas (o rodillas en X) predispone al dolor de la cara anterior de rodilla y a un aumento anómalo de la presión en la articulación entre la rótula y el fémur, lo que favorece la condromalacia.
- Edad: Es más frecuente en personas jóvenes, a partir de la adolescencia.
- Sexo: Más frecuente en mujeres (por la anatomía anteriormente comentada).
Actividad física o laboral: Aquellas actividades que se desarrollan ya sea en cuclillas, arrodillado o bien en actividades deportivas que requiere flexoextensión residtida de rodillas (por ejemplo, en las sentadillas) sobrecargan mucho la articulación femoropatelar y como consecuencia de ello, darán lugar a una condromalacia.
¿Qué debo evitar si tengo condromalacia?
Aquellas personas que padecen de condromalacia rotuliana deben evitar a toda costa todas aquellas actividades que desendadenen dolor de cara anterior. Como norma general, se aconseja:
- Evitar subir o bajar largos tramos de escaleras
- Permanecer más de 10 minutos con las rodillas flexionadas, aunque se esté sentado en una silla, intentando mantener siempre las rodillas extendidas
- No arrodillarse ni ponerse en cuclillas.
- Evitar actividades deportivas que requieran el paso de la flexión a la extensión de rodilla de forma brusca o contra alta resistencia (sentadillas, step, pádel, tenis…)
¿Qué ejercicios son los más recomendables en personas con condromalacia rotuliana?
Siguiendo lo indicado en el apartado anterior, los ejercicios más recomendables para estas personas son:
- Ejercicios isométricos de cuádriceps y del vasto medial oblicuo.
- Natación
- Ciclismo suave en terreno llano y con sillón elevado
- Caminar
Esto no implica que no puedan desarrollarse otras actividades como el fútbol, el baloncesto, etc… pero en estos casos es más fácil que puedan aparecer episodios de dolor con más frecuencia.
¿Cómo se trata la condromalacia rotuliana?
El tratamiento de la condropatía patelar o condromañcia rotuliana (son sinónimos), es generalmente no quirúrgico. Son excepcionales loas cosas en los que se hace cirugía en la actualidad.
- Inicialmente, el tratamiento se lleva a cabo mediante ejercicios de estabilización de la rótula, que se basan normalmente en ejercicios de potenciación isométrica del cuádriceps y del vasto medial oblicuo. Asimismo, el empleo de plantillas para corrección de la pisada puede ayudar.
- Cuando no se responde a estas medidas, o hay brotes frecuentes de dolor, se aconseja la realización de tratamiento mediante infiltraciones de ácido hialurónico o plasma rico en plaquetas, asociados, en ocasiones, a alguna infiltración corticoanestésica, en paciente muy sintomáticos.
- Las infiltraciones ácido hialurónico
Este elemento se encuentra de forma natural en las articulaciones de nuestro organismo. En las lesiones de carácter degenerativo de la rodilla, la concentración y la densidad de este ácido hialurónico disminuye, por lo que la suplementación del mismo en muy beneficiosa, ejerciendo los siguientes efectos en la articulación:
- Aliviar el dolor al reducir la inflamación.
- Mejorar la reparación de los tejidos regenerando el cartílago.
- Disminuir la presión sobre la articulación.
- Mejorar el deslizamiento de las superficies articulares (efecto mecánico)
Por lo general, dependiendo del tipo de ácido hialurónico que se emplee, suele aconsejarse repetir las infiltraciones cada 6 meses, para una mejor evolución del proceso y evitar recidivas de dolor de cara anterior de la rodilla.
Las infiltraciones de plasma rico en plaquetas
El plasma rico en plaquetas, se obtiene de la propia sangre del paciente y ayuda a mejorar el escaso potencial de reparación del cartílago articular. Ejercen un efecto fundamentalmente biológico. Generalmente, suelen recomendarse en ciclos de 3 infiltraciones que se repiten cada 6 meses o cada año, para mantener una mejor salud articular, en aquellos pacientes que han presentado buena respuesta al primer ciclo de infiltraciones con PRP.
La cirugía en la condromalacia
Se utiliza habitualmente en grados 3 y 4 de condropatía en aquellos pacientes en los que han fracasado todas las medidas de tratamiento conservador y que presentan un dolor invalidante. Los casos que lo precisan son generalmente escasos, ya que un buen manejo conservador y con infiltraciones adecuadas, permite en el mayor porcentaje de casos, un buen control de la sintomatología.
Las técnicas que se emplean a nivel quirúrgico arrojan resultados muy variables e incluyen desde cirugías de reorientación del aparato extensor de la rodillas, hasta prótesis femoropatelares.
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Un cordial saludo.
Trocanteritis
Autor: Dr. Javier Romero Fernández (Traumatólogo)
La trocanteritis es un proceso inflamatorio/degenerativo de la inserción tendinosa de la musculatura glútea a nivel del trocánter mayor, que es una protuberancia de la parte más alta del fémur, a nivel de la cadera; o bien, debido a una inflamación de la bursa glútea o trocantérica, que son bolsas serosas que ayudan al deslizamiento de estructuras a dicho nivel. Es una patología muy frecuente, especialmente en mujeres.
¿Cuáles son las causas de la trocanteritis?
La trocanteritis puede tener diversos orígenes. La mayor parte de los casos se debe a microtraumatismos repetidos, traumatismos directos intensos sobre la cara externa de la cadera, actividades deportivas como el ciclismo intenso, subir largos tramos de escaleras, cruzar las piernas y dormir sobre acostado sobre una cadera en concreto.
Otras causas algo menos frecuentes son la existencia de implantes artificiales en cadera que irriten la inserción glútea o las bursas de la cara externa de la cadera.
¿Cuáles son los síntomas de la trocanteritis?
Sus síntomas son muy característicos. Ocasiona un dolor intenso en la región trocantçerica de la cadera, que aumenta al cruzar la piernas o al subir escaleras, generalmente irradiado a la cara externa del muslo, hasta alcanzar a veces el nivel de la rodilla. Generalmente este dolor impide a la persona dormir acostada sobre el lado lesionado, llegando incluso a despertar a la persona.
¿Cómo se diagnostica la trocanteritis?
El diagnóstico de la trocanteritis es fundamentalmente clínico, mediante una adecuada anamnesis y exploración del paciente.
Dentro de los estudios complementarios de primera elección son:
– Radiografía simple: Para descartar la existencia de artrosis de cadera, ver el estado de posible material quirúrgico implantado.
– Ecografía: Para determinar si existe bursitis o degeneración tendinosa, que pueda asociarse o no a un aumento de tamaño de la fascia lata. Asimismo, le ecografía tendrá un importante papel en la realización de terapias ecodirigidas para el tratamiento de la lesión.
Si tengo una trocanteritis, ¿es conveniente hacerme una resonancia?
De entrada, no. Una ecografía y una radiografía simple, serán más que sificientes para confirmar el diagnóstico de presunción.
Los estudios de RMN los reservamos para aquellos casos de trocanteritis que no responden adecuadamente a tratamiento conservador y en los que se plantea una duda diagnóstica debido a la mala respuesta al tratamiento realizado o bien porque se plantee la posibilidad de realizar tratamiento quirúrgico.
¿Cómo podemos tratar la trocanteritis?
El tratamiento de la trocanteritis engloba puede realizarse mediante tratamiento oral, con antinfalamtorios convencionales asociados a ejercicios de estiramientos o fisioterapia. En caso de no respuesta a antiinflamatorios o dolor muy intenso o persistente, recomendamos la realización de infiltraciones locales corticoanestésicas (especialmente aquellas con control ecográfico) que generalmente tienen muy buen resultado. En aquellos pacientes que no responden a este tipo de medidas, las infiltraciones locales con plasma rico en plaquetas están demostrando muy buenos resultados. Los escasos pacientes que no responden a este tipo de medidas, serían candidatos a cirugía.
PRÓTESIS UNICOMPARTAMENTAL DE RODILLA
Autor: Javier Romero Fernández (Traumatólogo)
La cirugía de sustitución articular, artroplastia o prótesis articular, consiste en la sustitución de, al menos, las superficies articulares por implantes, generalmente metálicos, que actuarán como sustitutos de dichas superficies articulares cuando se encuentran muy “desgastadas o destruidas”, o lo que es lo mismo, cuando nos encontramos ante articulaciones que han perdido el cartílago y en las que cada movimiento genera dolor no controlable con medidas no quirúrgicas.
La rodilla es la articulación de todo el cuerpo humano que más requiere de cirugía protésica, debido a que sobre ella influyen gran cantidad de factores que favorecen el deterioro articular.
TIPOS DE PRÓTESIS DE RODILLA
En general, podemos hablar de 2 tipos básicos de prótesis de rodilla:
– Prótesis total de rodilla: donde se sustituyen las superficies articulares tanto la parte baja del fémur, la parte alta de la tibia y como de la rótula.
– Prótesis unicompartimental de rodilla: donde se sustituye un solo compartimento, interno, externo o femoropatelar (anterior). La prótesis unicompartimental con mejores resultados y con mayor tasa de implantación en la prótesis unicompartimental medial (o interna) de la rodilla.
¿CUÁNDO SE EMPLEAN LAS PRÓTESIS UNICOMPARTIMENTALES?
Generalmente se emplean cuando el deterioro articular afecta únicamente a uno de los 3 compartimentos de la rodilla, con los demás compartimentos sanos. Eso hace que sus indicaciones sean más limitadas y deban cumplirse una serie de criterios para poder utilizar este tipo de implantes.
VENTAJAS DE LA PRÓTESIS UNICOMPARTIMENTAL
Se trata de una cirugía menos agresiva que en las prótesis totales.
– Permite mantener 2/3 de la rodilla sin sustituir por prótesis.
– Menor pérdida de sangre
– Recuperación postoperatoria generalmente más rápida
– Menor tiempo de hospitalización
– Muy útil en personas jóvenes
– Cuando es necesario su recambio, puede sustituirse por una prótesis total de tipo primario, en muchos casos, sin necesidad de requerir prótesis de revisión (mucho más complejas)
DESVENTAJAS DE LA PRÓTESIS UNICOMPARTIMENTAL
– Se deben de cumplir unos criterios muy estrictos en el paciente para que se pueda emplear, de lo contrario, es fácil no alcanzar resultados favorables.
– No deja de ser una prótesis, y como tal, nunca es la primera opción de tratamiento de una artrosis unicompartimental.