Tendinitis de la pata de ganso. El dolor de la cara interna de la rodilla no siempre es un menisco roto.
Autor: Dr. Javier Romero Fernández (Traumatólogo)
A muchas personas le suena extraño cuando se le dice: “su problema es que tiene una tendinopatía de la pata de ganso”. No son pocos los que suelen mirar con extrañeza a su médico en la consulta. “¿Qué tendrá que ver lo que me pasa con un pato?” pensarán algunos…
¿Qué es la pata de ganso?
La conocida como pata de ganso, lejos de ser que tengamos un pato en la rodilla, es la inserción común de los tendones de los músculos isquiotibiales (semitendinoso, recto interno y sartorio) en la cara interna de la meseta tibial (la parte más alta de la tibia), a nivel de la rodilla. Debe su nombre a la forma anatómica que presenta esta inserción tendinosa conjunta, donde los tres tendones se unen con una membrana, lo que hace que se asemeje a la imagen de la pata de un pato.
¿Qué es la tendinitis o tendinopatía de la pata de ganso?
La tendinitis de la pata de ganso es una dolencia que afecta al punto en el que se unen los tendones isquiotibiales antes mencionados a la tibia, por debajo de la interlínea articular interna de la rodilla.
¿A quién afecta?
En nuestro medio, es especialmente frecuente en personas que tienen artrosis de rodilla en diferentes grados.
Asimismo, se trata de una dolencia bastante frecuente en personas que tienen problemas en la pisada y que son deportivamente activas, también en personas que hacen demasiado ejercicio o que tienen problemas pélvicos y lumbares.
¿Cómo se produce?
Esta patología se produce cuando se inflama o se irrita esta inserción conjunta tendinosa que es la pata de ganso, en las personas con los factores predisponente que hemos comentado en el párrafo anterior. Las tendinopatías, incluida la de la pata de ganso, asocian un componente degenerativo del tendón que también tendrá interés de cara a determinar las opciones de tratamiento de esta lesión, como veremos más adelante.
Síntomas de la tendinitis de la pata de ganso.
El síntoma más característico cuando se sufre esta dolencia es el dolor en la cara interna de la rodilla. Este puede presentarse tanto de día, con el cuerpo en movimiento, como de noche estando en reposo. Es muy frecuente que el dolor aumente por la noche, cuando se apoya una rodilla sobre la otra al dormir de lado, lo que obliga a la persona que la padece a usar un cojín entre las rodillas para aliviar los síntomas.
En su fase inicial puedes sentir solo molestias cuando haces determinados movimientos con la rodilla, pero, si no lo tratamos, el cuadro puede empeorar.
¿Cómo se diagnostica esta lesión?
El diagnóstico de la tendinopatía de la pata de ganso es fundamentalmente clínico, mediante un adecuada exploración de la rodilla por parte de su Traumatólogo. En algunas ocasiones, se realiza un estudio ecográfico para confirmar el diagnóstico y/o para realizar tratamiento con técnicas ecoguiadas.
Opciones de tratamiento para la tendinitis de la pata de ganso
Para tratar esta patología, existen diferentes opciones. Las más frecuentes, os las explicamos a continuación.
Antiinflamatorios no esteroideos. Son los antiinflamatorios habituales. Para que sean efectivos deben mantenerse un tratamiento prolongado de unas 4 semanas. También puede asociarse cremas tópicas, aunque son mucho menos efectivas:
- Infiltraciones corticoanestésicas: Muy efectivas y de acción bastante rápida en la mayor parte de los casos. En muchos casos, se realiza como primera opción de tratamiento debido a los buenos resultados que presenta.
- Infiltraciones de plasma rico en plaquetas: Tienen un inicio de acción más lenta, aunque con unos resultados muy buenos. Puede utilizarse como primera o segunda línea de tratamiento. Ya sea como tratamiento inicial o bien tras la realización de otros tratamientos previos que hayan resultado o no efectivos, de cara a favorecer la resolución del problema y evitar recaídas.
- Electrólisis Terapéutica Percutánea: Es una medida física de tratamiento, con buenos resultados en algunos casos, aunque requiere de varias sesiones. El problema que tiene es que puede aumentar el dolor en los primeros días tras la lesión y no se puede asociar a antiinflamatorios orales porque anulan el efecto de la electrólisis.
Y tú, ¿has sufrido alguna vez tendinitis de la pata de ganso? ¡Déjanos un comentario contando tu experiencia!