
Autor: Dr. Javier Romero Fernández (Traumatólogo)
La rodilla es la articulación de nuestra anatomía que es asiento con mayor frecuencia de patología degenerativa del cartílago articular, o lo que es lo mismo, artrosis. En esta enfermedad, el cartílago articular se va degenerando de forma progresiva, haciéndose más blando y fragmentándose hasta que llega a desaparecer en los estadios más avanzados de la enfermedad.
¿Cuáles son las causas de la artrosis de rodilla?
La artrosis de rodilla, o gonartrosis puede ser causada por múltiples agentes, aunque la causa principal de la degeneración de la articulación de la rodilla es el sobrepeso, existen otros factores que pueden estar asociados. A continuación nombramos los factores de riesgo más importantes para desarrollar artrosis de rodilla:
- Peso: El aumento del peso corporal ocasiona un importante aumento de las presión dentro de los compartimentos que forman la articulación de la rodilla, lo que da lugar a un mayor “sufrimiento” de las superficies articulares y un mayor daño al cartílago. Aproximadamente el 75% de los pacientes con artrosis de rodilla tienen o han tenido sobrepeso importante durante una larga época de su vida.
- Edad: A medida que van pasando los años, se va produciendo una degeneración progresiva de los tejidos de los diferentes órganos del cuerpo humano y esto también afecta al cartílago articular.
- Fracturas articulares en la rodilla: La existencia de antecedentes de lesiones articulares que consolidan con deformidad en las superficies cartilaginosas de la rodilla, ocasionarán una artrosis de rodilla de forma precoz.
- Lesiones meniscales con pérdida de gran parte de los meniscos: La ausencia de meniscos debido a lesiones graves de los mismos, predisponen a una artrosis precoz dependiente de la zona de la rodilla donde se encontraba el menisco lesionado.
- Lesiones ligamentarias con inestabilidad de la rodilla: Las lesiones de los ligamentos de la rodilla, especialmente las lesiones del Ligamento Cruzado Anterior, se han relacionado de forma clara con la mayor frecuencia de artrosis de rodilla, debido a que la inestabilidad de la rodilla hace que el cartílago articular se degenere con facilidad.
- Actividades deportivas o laborales de impacto: Los impactos sufridos por la rodilla ocasionan degeneración articular precoz, debido al daño cartilaginoso que ocasionan este tipo de actividades.
- Secuelas de enfermedades reumáticas: Las enfermedades reumáticas, producen un deterioro articular precoz y de carácter progresivo, muy en relación con la mala evolución de la enfermedad reumática, que poco a poco puede destruir la articulación.
¿Cuáles son los síntomas de la artrosis de rodilla?
Los síntomas más frecuentes en pacientes con artrosis de rodilla son los siguientes:
- Dolor mecánico (con el movimiento), a menudo con un inicio gradual siendo más acusado a primera hora de la mañana o al iniciar el movimiento, después de períodos de inactividad. El dolor de rodilla a menudo se agrava con las actividades de carga de peso, como caminar, subir o bajar escaleras, arrodillarse y ponerse en cuclillas.
- Ocupación articular. La rodilla se llena de líquido sinovial, debido a los procesos inflamatorios que se asocian a las reagudizaciones de la artrosis de rodilla.
- Rigidez. La movilidad de la rodilla va disminuyendo progresivamente y se va perdiendo el recorrido (o balance) articular, debido a que existe un menor espacio por el deterioro progresivo del cartílago.
- Chasquidos articulares y roces. Las personas con artrosis de rodilla pueden notar chasquidos anómalos y sensación de roce articular con los movimientos.
- Bloqueos: En ocasiones, debido a la existencia de fragmentos de cartílago o meniscos sueltos dentro de la rodilla se pueden producir bloqueos agudos de la movilidad, que pueden llegar a ser muy dolorosos.
- Deformidad de la extremidad: Progresivamente, se va produciendo una pérdida de la alineación de la extremidad lesionada, lo que a su vez acelera el proceso de degeneración articular.
¿Cómo se diagnostica la artrosis de rodilla?
Radiografía anteroposterior y lateral de ambas rodillas en carga. Es la prueba diagnóstica por excelencia en la artrosis de rodilla.
Si tengo artrosis, ¿es conveniente hacerme una resonancia?
Como norma general, NO. Normalmente, son raros los casos en los que se debe hacer una RMN en presencia de una artrosis de rodilla.
Una rodilla artrósica se comporta como una “casa en ruinas”. En este contexto consideraríamos normal que existiesen losas levantadas, alguna viga rota, etc… En una artrosis de rodilla es “normal” tener meniscos rotos o lesiones de ligamentos, pero no por reparar estos meniscos o ligamentos vamos a conseguir forzosamente mejorar la artrosis de rodilla o los síntomas derivados de ella, porque la degeneración articular sigue siendo la misma. Siguiendo con el símil de la casa en ruinas, si arreglamos las losas levantadas, la casa seguirá cayéndose, no nos servirá para nada.
Por ello, en las artrosis de rodilla, la cirugía meniscal se deja como una alternativa previa a la prótesis de rodilla, en rodillas con poca artrosis, aunque advirtiendo al paciente que a pesar de la cirugía, los síntomas pueden persistir.
¿Cómo podemos tratar la artrosis de rodilla?
El tratamiento de la artrosis de rodilla es fundamentalmente médico y sólo se llega a la cirugía en aquellos casos en los que una vez agotadas las medidas de tratamiento conservador, nada resulta efectivo para mejorar la calidad de vida de los pacientes.
Las opciones de tratamiento más efectivas para la artrosis de rodilla son las siguientes, siendo necesaria la combinación de varias de ellas o incluso de todas:
- Control estricto del peso y evitar actividades de impacto
- Usar calzado de suela blanda
- Ejercicios isométricos de cuádriceps
- Analgésicos y antiinflamatorios en fases de dolor
- Infiltraciones articulares con corticoides y anestésicos locales
- Infiltraciones con ácido hialurónico
- Infiltraciones con plasma rico en plaquetas
Estas dos últimas son especialmente efectivas en el manejo intervencionista no quirúrgico de la artrosis de rodilla, de cara a la protección de las superficies articulares y a disminuir la necesidad de recurrir a cirugía protésica de rodilla.
¿Qué ejercicios puedo hacer con mi artrosis de rodilla?
Existen una serie de actividades físicas muy recomendables para pacientes con artrosis de rodilla. Aquí os señalamos los más recomendados:
- Caminar: Se utiliza como alternativa sin impacto a la carrera. Para ello es recomendable el empleo de calzado de suela blanda y caminar por terreno llano, evitando pendientes y escaleras.
- Ciclismo: Es uno de los mejores deportes para los pacientes con artrosis, ya que se trata de un deporte sin impacto que permite trabajar bien la musculatura extensora de la rodilla y mantener la movilidad de la articulación de la rodilla. Se recomienda practicarlo con el sillín elevado, para evitar flexionar la rodilla en exceso, lo que tiende a sobrecargar más la cara anterior de la rodilla.
- Natación y Aquagym: Los ejercicios en piscina están muy recomendados en pacientes con artrosis de rodilla, ya que el efecto del agua elimina la acción de la gravedad sobre las extremidades inferiores y permite trabajar la movilidad y el tono muscular evitando el soporte de peso sobre la rodilla.
¿Cuándo es necesario operarse por una artrosis de rodilla?
En la rodilla artrósica, la cirugía, ya sea protésica o no protésica se reserva para aquellos casos en los que el paciente no responde de forma adecuada a medidas de tratamiento conservador anteriormente mencionadas.
¿Qué tipo de cirugía necesito?
Existen diferentes tipos de tratamiento quirúrgico en artrosis de rodilla. A continuación os dejamos los más habituales:
- Cirugía artroscópica de rodilla. Suele ser más efectiva en estadios iniciales de artrosis, llevando a cabo el llamado “toilette articular”, donde se eliminan restos meniscales y de cartílago que pudiesen ser problemáticos para la rodilla.
- Osteotomías. Se realinean el fémur o la tibia para corregir el eje de carga de la extremidad. Son cirugías importantes, con una convalecencia más o menos larga y que consisten en realizar determinados cortes en los huesos de la rodilla para reorientarlos. Se utilizan en estadios iniciales de artrosis de rodilla en pacientes jóvenes, con el objetivo de mejorar el dolor y retrasar la necesidad de cirugía protésica. La artroscopia, la viscosuplementación articular con ácido hialurónico y las nuevas prótesis de rodilla unicompartimentales han disminuido mucho su indicación en la actualidad.
- Prótesis de rodilla. Ya sean prótesis parciales (de un compartimento de la rodilla) o prótesis totales (indicadas en artrosis de los 3 compartimentos de la rodilla). Consiste en sustituir la totalidad o una parte de la articulación de la rodilla por componentes artificiales. Ofrece un 80% de buenos resultados, pero constituye la última línea de tratamiento de la artrosis de rodilla.