Autor: Dr. Javier Romero Fernández (Traumatólogo)
¿Qué sabes sobre el “codo de tenista”?
Habrás escuchado hablar del codo de tenista. Es la denominación común para un trastorno frecuente, llamado epicondilitis, que no sólo se presenta en los que practican esta disciplina deportiva.
¿Qué es la epicondilitis?
Se trata de un proceso inflamatorio asociado a cierta degeneración de la inserción de los tendones extensores de los dedos y la muñeca a nivel del epicóndilo humeral, en la cara externa del codo.
¿Cómo se produce?
El uso repetitivo y prolongado del miembro superior produce microtraumas y la acumulación de estos pequeños traumatismos finalmente genera una lesión de los tendones, que se acompaña de inflamación y dolor.
Para desarrollar una epicondilitis, existen diversos factores de riesgo que favorecen su aparición. Los más importantes son los siguientes
- Actividades deportivas: como el pádel, el tenis, el baloncesto o el balonmano, motociclismo…
- Actividades laborales: servicios de limpieza, conductores, mecánicos, montadores, ofimática y todos aquellas actividades que impliquen movimientos repetitivos de fuerza de extensión de los dedos o la muñeca.
- Enfermedades reumáticas
Síntomas
El síntoma más característico de la epicondilitis es el dolor en reposo, que se evidencia en el antebrazo del miembro afectado, generalmente el dominante, aunque puede ser bilateral.
En ocasiones, este dolor puede extenderse a la parte posterior del brazo.
A su vez, se presenta dolor al palpar la cara externa del codo y al ejecutar movimientos con la muñeca. Un síntoma recurrente es la pérdida de fuerza de agarre y se pueden presentar contracturas musculares en el antebrazo.
Tratamiento
En la fase aguda, el proceso puede tratarse con hielo local, reposo y medicación antiinflamatoria. Las modificaciones ergonómicas pueden ser muy útiles pues minimizan la acumulación de microtraumas sobre los tendones involucrados. Se debe evitar cargar pesos o realizar actividades manuales repetitivas.
Asimismo, es recomendable realizar ejercicios de estiramientos específicos para epicondiltis, centrándose en el estiramiento pasivo de los extensores de los dedos y la muñeca. La fisioterapia específica, es siempre aconsejable para acelerar la recuperación.
También puede utilizarse una banda o cincha para epicondilitis que se coloca distalmente en el codo, sobre el vientre muscular de los extensores, y que minimiza la sobrecarga sobre la inserción tendinosa en el epicóndilo humeral (cara lateral del codo).
En casos refractarios al previo tratamiento oral se pueden realizar infiltraciones con corticosteroides, plasma rico en plaquetas o la combinación de ambas. Es recomendable, especialmente en pacientes que realizan actividades laborales que predisponen a la epicondilitis, llevar a cabo un tratamiento de mantenimiento con infiltraciones de plasma rico en plaquetas, con una o dos dosis anuales, lo que disminuye el riesgo de recidiva de la lesión. Otra alternativa de tratamiento es la electrólisis percutánea (EPTE).
La cirugía está reservada a los casos que no presentan mejoría en 6 a 12 meses. Se enfoca en la supresión de los tejidos lesionados y en la reinserción de las estructuras musculares y tendinosas.
Como ves, la epicondilitis o codo de tenista es una lesión común que puede llegar a ser muy limitante, pero que con el tratamiento adecuado ante los primeros síntomas, suelen evolucionar favorablemente en la mayoría de los casos.
¿Te reconoces en algunos de sus síntomas? Déjanos un comentario