¿Qué es el masaje perineal?
Autora: Irene Buhígas Monís (Fisioterapeuta)
El masaje perineal es una técnica preventiva indolora que se realiza en mujeres embarazadas con la finalidad de proteger el periné durante el parto.
¿Qué es el periné?
El periné es la parte del cuerpo que forma el suelo pélvico, donde se encuentran los órganos genitales y el ano.
Está formado por partes blandas (músculos y ligamentos) y tiene forma rombo dividiéndose en dos triángulos (ver imagen). En el triángulo anterior se encuentra la Ureta y la vagina y en la posterior el ano.
¿En qué consiste el masaje perineal?
El masaje perineal consiste en una serie de presiones mantenidas que se realizan sin dolor en el canal vaginal.
Dicho masaje sirve para flexibilizar y elongar las estructuras blandas del periné (músculos y ligamentos) y permitir así una mejor dilatación e incluso evitar una episiotomía o un desgarro provocados durante la etapa del expulsivo del bebe.
Esta técnica puede realizarla la propia mujer sobre todo al principio, pero a medida que vayan pasando las semanas de gestación, el vientre le impedirá realizar la técnica por lo que será apropiado que lo realice la pareja o acompañante.
¿Qué es la episiotomía?
La episiotomía es un corte que realiza el profesional médico en la vagina durante el alumbramiento con el fin de aumentar el espacio para el paso del bebe.
En ocasiones es totalmente necesaria para la supervivencia del bebé, aunque hayamos llevado a cabo el masaje perineal.
¿Qué es un desgarro?
Un desgarro perineal es un desgarro o un daño a la piel y/o a los músculos del periné que se produce cuando pasa el bebé por el canal vaginal.
¿Cuándo está indicado el masaje perineal?
Estudios científicos han concretado que el masaje perineal es eficaz si se comienza a realizar a partir de la semana 32-34 de gestación, aproximadamente a los 7 meses y medio de embarazo. Es aconsejable realizarlo dos veces por semana, aunque también se puede hacer a diario una vez al día.
¿Cuándo esta contraindicado el masaje perineal?
Las principales contraindicaciones del masaje son:
• Presencia de varices vulvares.
• Infección vaginal.
• Infección urinaria.
• Amenazas de parto prematuro
A pesar de la sencillez que tiene este masaje, es importante conocer su realización de una manera correcta para poder así obtener el mejor resultado posible.
De esta forma, tu fisioterapeuta experta en suelo pélvico te enseñará de forma conjunta (a tu pareja y a ti) o de manera individual la ejecución del mismo.
Displasia de desarrollo de cadera
Se puede definir como una patología que afecta al normal desarrollo de la articulación de la cadera en el lactante. Exige un correcto manejo desde el inicio, ya que una detección y tratamiento precoz evitan multitud de complicaciones, que en algunos casos pueden llegar a ser graves.
¿Qué es la Displasia de desarrollo de cadera?
Frente al concepto tradicional y estático de luxación congénita de cadera, donde se entiende que el problema es que la cabeza femoral ha perdido su normal relación anatómica con el acetábulo (estructura anatómica de la pelvis, donde se aloja la cabeza femoral) se ha impuesto un concepto más amplio y dinámico. Actualmente hemos de entender que la displasia de desarrollo de cadera engloba distintas situaciones, que pueden afectar a:
- La forma: existen displasias propiamente dichas, es decir, alteraciones de la forma de la articulación de la cadera, pero en otros casos esta forma, al menos de inicio, es normal.
- La Posición: la caderas tanto al nacer, como en los primeros meses de vida, puede estar luxadas (la cabeza del fémur pierde el contacto de forma completa con el acetábulo), pueden estar subluxadas (el contacto no es completo pero se mantiene en parte) o puede existir displasia sin alteración de la posición.
- De la Estabilidad: las caderas patológicas del lactante pueden estables, independientemente de su posición o inestables, es decir, que su posición puede alterarse con maniobras que implican movimientos concretos. Así hablamos de caderas luxables, subluxables, luxadas reductibles, subluxadas reductibles o normales.
Además frente el concepto tradicional de que esta patología se presentaba al nacer, actualmente sabemos que se puede desarrollar a lo largo de la lactancia (primer año de vida).
¿Por qué es tan importante la detección precoz?
Para el correcto desarrollo de una articulación es fundamental que las superficies óseas establezcan una relación anatómica adecuada desde su formación, en la etapa fetal. En caso de que esto no sucede aparece una alteración de la forma de la misma. En el caso concreto de la cadera, sabemos que si desde la etapa embrionaria, la cabeza femoral no establece una relación adecuada con el acetábulo, ambos se irán “ deformando” dando lugar a una displasia.
Cuanto más displásica sea la articulación, más difícil resultará obtener una correcta resolución de este proceso. Una vez diagnosticada la displasia de desarrollo de cadera, esta deberá ser tratada de forma precoz, siendo la edad de 6 meses clave para obtener buenos resultados. Se acepta por el contrario, como norma general, que los resultados serán pobres si se alcanza la edad de 2-3 años con una cadera inestable y morfológicamente anormal.
Es importante recordar que ni mucho menos todas las caderas que de inicio muestren algún tipo de inestabilidad en las primeras semanas de vida, deben de ser tratadas, ya que la mayoría se resolverán espontáneamente (hasta el 60-80% según la guía AAOS o el 88% según el propio Barlow). Por eso es importante conocer la evolución natural de esta patología, conocer las distintas manifestaciones clínicas e interpretar adecuadamente los datos obtenidos en las pruebas complementarias, y así poder evitar tanto el sobretratamiento como un retraso terapeútico.
Pero, ¿Cómo se detecta?
Es fundamental una correcta exploración física que permita sospechar la patología, para luego confirmarla con pruebas de imagen.
De forma general podemos decir que una exploración se considera positiva cuando las maniobras de Barlow y Ortolani lo son (maniobras exploratorias que permiten poner de manifiesto la inestabilidad y reductibilidad de la cadera del lactante). Es fundamental realizarlas de forma correcta, ya que si ambas maniobras son positivas la probabilidad de que la cadera sea patológica es muy alta (hasta el 98% según estudios). Por el contrario la probabilidad de que siendo estas maniobras negativas, realmente exista una alteración en las caderas del bebé, depende mucho del examinador.
Más allá de los 3 meses de edad, estas maniobras pierden potencia diagnóstica. Aparecen por tanto los llamados signos de alarma (ya no tenderemos un examen positivo), que serán la limitación de la abducción de cadera, dismetría y asimetría de pliegue poplíteo. La existencia de algunos de estos síntomas debe de alertarnos ante la posible presencia de displasia de desarrollo de cadera, pero pueden ser indicativos de otros procesos.
Cuanto más mayor sea el niño, generalmente, más clínica va a presentar, especialmente cuando deambulan dando lugar a una cojera. Nuestro objetivo será evitar llegar a este rango de edad sin un correcto diagnóstico y tratamiento.
Dentro del manejo diagnóstico, es fundamental, la realización de pruebas de imagen, ya que como hemos visto, no hay signos patognomónicos y su capacidad de detección está en relación a la edad del paciente e incluso experiencia del examinador.
¿Cuándo se deben de pedir pruebas de imagen?
En general se acepta que la ecografía es la prueba de elección hasta los 4 meses. A partir de los 6 meses, por las características del desarrollo de las estructuras que configuran la articulación de la cadera, pasa a ser necesaria la radiografía. Entre los 4 y los 6 meses, la prueba de elección dependerá de características individuales del paciente e incluso de aspectos técnicos, aunque como norma general se intenta en primer lugar la realización de una ecografía por ser una prueba no radiante.
Si sumamos los hallazgos clínicos, los ponemos en relación al conocimiento de la historia natural del proceso y la edad de máxima rentabilidad de las pruebas, se puede establecer, a grandes rasgos, 4 grupos:
a) Recién nacidos hasta los 2 meses con caderas con exploración positiva ( Barlow y Ortolani +) se deberá realizar una ecografía lo antes posible, para confirmar el diagnóstico.
b) Recién nacidos hasta los 2 meses con exploración con signos de alarma (limitación de abducción de cadera, dismetría o asimetría de pliegues poplíteos) se deberán reevaluar a los 2 meses como máximo, aunque de inicio y a menos que existan factores de riesgo, no se debe de solicitar prueba complementaria.
c) A partir de los 2 meses y hasta los 6 meses, si existen signos de alarma, independientemente de factores de riesgo, se solicitará una ecografía.
d) A partir de los 6 meses, si existen signos de alarma, se solicitará una radiografía.
¿Cuáles son los factores de riesgo?
Es importante saber que existen situaciones especiales donde, aunque no exista una exploración física positiva, puede resultar útil evaluar ecográficamente la cadera del lactante. Esto se debe a que existen situaciones que predisponen al desarrollo de displasia de cadera. Determinar cuáles son y por tanto cuando pedir una ecografía de screening ha sido objeto de controversia. Para resumir, lo que generalmente son aceptados son sexo femenino con parto de nalgas e historia familiar positiva. Si se combinan el riesgo es mucho mayor. Otro factor de riesgo importante, ante el cuál es preciso solicitar ecografía es la coexistencia con el pie equinovaro congénito. Más controvertidos son, y que actualmente no está claro que haya que realizar estudio de imagen de rutina, el torticollis muscular congénito, otras anomalías congénitas del pie, primiparidad, parto múltiple, oligoamnios o macrosomía.
¿Cuándo y cómo tratar?
Ante todo hay que tener en consideración que cada caso debe de plantearse de forma individual. Aún así la estrategia terapéutica en la displasia de desarrollo de cadera tiene un objetivo común que es conseguir y mantener una reducción concéntrica de la cabeza femoral en el acetábulo con el fin de que exista una normalización en el desarrollo de la articulación.
Los dos factores fundamentales a la hora de decidir que tratamiento es el más adecuado son la edad del paciente y la severidad de la afección. Con estas líneas generales podemos establecer una visión general del abordaje terapéutico:
a) Hasta los 6 meses de edad, en aquellos casos confirmados de inestabilidad o luxación, el tratamiento inicial de elección suele ser una ortesis de aducción, la cuál obtiene la reducción concéntrica de la cabeza femoral a expensas de mantener la misma en posición de flexión y abducción (separación). Existen muchas variantes de dispositivos, siendo el arnés de pavlik el más extendido.
b) A partir de los 6 meses y hasta los 18 meses, suele ser necesario una reducción cerrada bajo anestesia general y un posterior yeso en spica. También es la alternativa en caso de que la ortesis no sea efectiva en niños menores de 6 meses.
c) En caso de que no se consiga la reducción concéntrica con este método, y especialmente entre los 12 y los 18 meses, el método de elección suele ser la reducción quirúrgica abierta. También sería la alternativa terapéutica en caso de que la reducción cerrada no fuese efectiva, antes del año de edad.
d) A partir de los 2 años, en caso de que los tratamientos anteriores no fuesen efectivos o en caso de diagnóstico muy tardío, suele ser necesario asociar osteotomías de acortamiento femoral con o sin osteotomía pélvica.
Las principales complicaciones derivadas de estas terapias son la neuropatía femoral y la necrosis avascular de la cabeza femoral.
Para finalizar…
- La presencia de ruidos de pequeña intensidad al movilizar la cadera, conocidos como clicks de cadera, si aparecen aislados no son indicadores de patología. Reflejan la laxitud propia de las articulaciones del lactante y tienen su origen en partes blandas (generalmente cápsula articular o ligamentos)
- La presencia de una asimetría de pliegue cutáneo (no de pliegue poplíteo) aislada, tampoco refleja patología y no justifica la realización de pruebas complementarias y menos de iniciar tratamientos.
- La recomendación de usar un doble pañal carece de evidencia científica. Es más, muchas guías de práctica clínica la rechazan dado que pudiese retrasar, en caso de ser necesario, el inicio de una terapia efectiva.
Rehabilitación preoperatoria de plastia de ligamento cruzado anterior
Autor: Álvaro Donoso Ruiz-Castizo (Readaptador Deportivo)
¿Cuál es el proceso si he sufrido una rotura de ligamento cruzado anterior (LCA)?
Recientes publicaciones han demostrado una asociación entre artrofibrosis y reconstrucción temprana (antes de 1 mes post lesión) mediante plastia de LCA (revisa nuestra publicación sobre la plastia de LCA).
Por este motivo, la tendencia actual es retrasar la cirugía y comenzar el proceso de rehabilitación preoperatoria para preparar la rodilla lesionada para la cirugía.
Dedicar un poco de tiempo y esfuerzo a la rehabilitación prequirúrgica tiene el premio de mejorar drásticamente el resultado de su rehabilitación en los primeros meses después de la cirugía.
¿Cuáles son los objetivos a conseguir durante el proceso preoperatorio?
El primer objetivo será obtener el rango completo de movilidad y eliminar el edema.
Para cumplir estos objetivos es fundamental la combinación de frío – compresión y el tratamiento fisioterapeútico.
La restauración de la movilidad completa debe comenzar casi inmediatamente después de la lesión, dando especial énfasis a la recuperación de la extensión.
El objetivo será conseguir una movilidad semejante a la de la rodilla contraria.
Un déficit preoperatorio en la extensión de la rodilla es un factor de riesgo importante para presentar un déficit de extensión después de la cirugía de reconstrucción.
El segundo objetivo, una vez conseguida la máxima movilidad posible y reducida la tumefacción, será mejorar la fuerza muscular.
Si bien la cirugía corrige el defecto en la estructura del ligamento, muchos pacientes experimentan una deficiencia postoperatoria en la fuerza muscular, especialmente en el músculo cuádriceps, cuya función principal es la extensión de la pierna, y en la función de la rodilla, lo que limita su capacidad para retomar las diferentes actividades de la vida diaria.
Un déficit en la fuerza muscular preoperatoria del cuádriceps predice una fuerza postoperatoria del cuádriceps más baja y una peor función de la extremidad inferior.
Así, un rango de movimiento completo en la extensión de la rodilla y una fuerza normal del cuádriceps antes de la cirugía de reconstrucción del LCA están asociados con mejores resultados postoperatorios.
Estos hallazgos resaltan la importancia de implementar una rehabilitación preoperatoria basada en ejercicio físico para preparar a la rodilla para la cirugía de reconstrucción y maximizar los resultados de la rehabilitación postoperatoria, facilitando así la recuperación de los pacientes.
Por tanto, en estas semanas se pauta un tratamiento de fisioterapia y readaptación preoperatoria fijándonos los siguientes objetivos:
• Eliminar la inflamación y derrame intraarticular
• Ganar la movilidad articular completa, tanto en extensión como flexión
• Aumentar la fuerza muscular de cuádriceps, isquiotibiales, aductores, tríceps sural, tibial y glúteos.
• Ganar elasticidad y normalizar el tono de toda la musculatura.
“La rehabilitación preoperatoria ayuda a acortar el periodo de rehabilitación postoperatorio y disminuye la incidencia de artrofibrosis”
Referencias bibliográficas
1. Shelbourne KD, Wilckens JH, Mollabashy A. Arthrofibrosis in acute anterior cruciate ligament reconstruction. The effect of timing of reconstruction and rehabilitation. Am J Sports Med 1991; 19: 332-6.
2. Mohtadi NGH, Webster-Bogaert S, Fowler PJ. Limitation of motion following anterior cruciate ligament reconstruction. A case control study. Am J Sports Med 1991; 19: 620-5.
3. Klootwyk ThE, Shelbourne KB, DeCarlo MS. Perioperative rehabilitation considerations. Operative Techniques in Sports Medicine 1993; 1: 22-5.
4. Alshewaier, S., Yeowell, G., & Fatoye, F. (2017). The effectiveness of pre-operative exercise physiotherapy rehabilitation on the outcomes of treatment following anterior cruciate ligament injury: A systematic review. Clinical Rehabilitation, 31;(1):34-44. https://doi.org/10.1177/0269215516628617
5. Kim, D. K., Hwang, J. H., & Park, W. H. (2015). Effects of 4 weeks preoperative exercise on knee extensor strength after anterior cruciate ligament reconstruction. Journal of Physical Therapy Science, 27;(9):2693-2696. https://doi.org/10.1589/jpts.27.2693
Algunos mitos del suicidio
Autora: Joaquina Lloreda Morillo (Psiquiatra)
A propósito del Día Mundial para la prevención del suicidio, uno de los aspectos más importantes a tener en cuenta es la necesidad, refrendada por numerosa evidencia científica, de dar visibilidad al tema, perder el miedo a hablar de ello, facilitar a las personas la información sobre recursos disponibles para obtener ayuda…
Existen numerosos mitos (en realidad, falsedades) alrededor del suicidio y de las ideas suicidas. Durante décadas se ha considerado un tema “tabú”, del que no era adecuado hablar, y que generaba en la persona y/ó sus allegados importantes sentimientos de vergüenza y culpa. Vamos a repasar algunos de ellos:
Quienes hablan de suicidio no tienen la intención de cometerlo.
FALSO
Quienes hablan de suicidio pueden estar pidiendo así ayuda o apoyo. Un número significativo de personas que contemplan el suicidio presentan ansiedad, depresión y desesperanza y pueden considerar que carecen de otra opción.
La mayoría de los suicidios suceden repentinamente, sin advertencia previa.
FALSO
La mayoría de los suicidios han ido precedidos de signos de advertencia verbal o conductual. Desde luego, algunos suicidios se cometen si advertencia previa. Pero es importante conocer los signos de advertencia y tenerlos presente.
El suicida está decidido a morir.
FALSO
Por el contrario, los suicidas suelen ser ambivalentes acerca de la vida o la muerte. Alguien puede actuar impulsivamente al beber plaguicidas, por ejemplo, y morir unos pocos días después, aunque hubiera preferido seguir viviendo. El acceso al apoyo emocional en el momento propicio puede prevenir el suicidio.
Solo las personas con trastornos mentales son suicidas.
FALSO
El comportamiento suicida indica una infelicidad profunda, pero no necesariamente un trastorno mental. Muchas personas que viven con trastornos mentales no son afectadas por el comportamiento suicida, y no todas las personas que se quitan la vida tienen un trastorno mental.
Hablar del suicidio es una mala idea y puede interpretarse como estímulo.
FALSO
Dado el estigma generalizado alrededor del suicidio, la mayoría de las personas que contemplan el suicidio no saben con quién hablar. En lugar de fomentar el comportamiento suicida, hablar abiertamente puede dar a una persona otras opciones o tiempo para reflexionar sobre su decisión, previniendo así el suicidio.
Quien haya sido suicida alguna vez, nunca dejará de serlo.
FALSO
El mayor riesgo de suicidio suele ser de corto plazo y específico según la situación. Aunque los pensamientos suicidas pueden regresar, no son permanentes, y quien haya tenido pensamientos e intentos suicidas puede llevar después una larga vida.
Detección de factores de riesgo y signos de alerta temprana en el desarrollo infantil
Detección de factores de riesgo y signos de alerta temprana en el desarrollo infantil
Autora: Virginia Martín
A día de hoy, conocer los signos de alerta temprana junto a los factores de riesgo relacionados con los retrasos en el desarrollo infantil y posibles discapacidades es imprescindible para ayudar a tu hijo/a cuanto antes.
La intervención temprana es una herramienta fundamental, y queda demostrada su gran efectividad para ayudar a los niños/as con necesidades educativas especiales, tanto para superar retrasos y dificultades puntuales, como para trabajar y prepararlos para llegar a un futuro exitoso en el caso de posteriores diagnósticos.
Es importante saber que cada niño se desarrolla a su propio ritmo y de manera distinta. Si bien, las familias tienen un papel fundamental a la hora de estar alertas y detectar posibles dificultades o retrasos evolutivos en el desarrollo de los niños. Por este mismo motivo, si hay algo que te preocupa o te hace dudar sobre el correcto desarrollo del niño, o simplemente hay algo que te parezca un poco extraño y pueda generar incertidumbre, no dudes en hablarlo con el pediatra, incluso cuando no se haya detectado nada problemático o llamativo en la última consulta. Y a su vez, asegúrate de comunicarle tus preocupaciones a familiares cercanos, al cuidador/a de tu hijo, profesor, etc., para que ellos se hagan partícipes de este proceso de detección precoz tan importante.
De forma habitual, los niños y niñas con edades comprendidas entre 0 y 3 años que presentan trastornos en el desarrollo o riesgo de padecerlos, son detectados y derivados en primera instancia por los familiares y profesionales de Pediatría de Atención Primaria. Sin embargo, un número considerable de niños y niñas escolarizados en el primer ciclo de Educación Infantil es detectado en el ámbito educativo por los profesores/as que habitualmente trabajan día a día con el niño/a e imparten el primer ciclo de esta etapa, siendo fundamental la coordinación con la familia y puesta en marcha de mecanismos de actuación para derivarlos a los profesionales adecuados lo antes posible.
La atención especializada a los niños y niñas que presentan trastornos en el desarrollo o riesgo de padecerlo es ofrecida por los Centros de Atención Infantil Temprana (CAIT) hasta los 6 años de edad y, posteriormente, en coordinación con los recursos educativos de los centros docentes.
Se ha de tener en cuenta que en muchos casos no es posible la identificación definitiva de trastornos del desarrollo en niños/as de 0 a 6 años por las importantes variaciones evolutivas y la propia inmadurez de estas edades.
A grandes rasgos, y a medida que tu hijo crece, algunos factores a controlar serían los siguientes signos de alerta temprana:
HASTA LOS 6 MESES
• No balbucea ni presenta sonrisa afectiva social
• No reacciona a objetos de colores llamativos, ni a ruidos fuertes, ni gira la cabeza para seguir los sonidos y las voces.
• No consigue mantener la cabeza erguida a los 3 meses de edad aproximadamente.
• Tiene rígidos los brazos y las piernas o su postura es floja o débil.
DE 6 MESES A 12 MESES
• Muestra dificultades para sentarse, mantenerse erguido, ponerse de pie, alcanzar cosas o coger objetos.
• Indiferencia ante los padres e irritabilidad persistente
• No balbucea ni silabea al año.
• No sigue la mirada
• Repite conductas poco apropiadas que puedan causarle daño a sí mismo, como por ejemplo, morderse o golpearse.
DE 12 A 24 MESES
• Falta de Señalización con el dedo índice
• No imita sonidos y fonemas
• No comprende órdenes sencillas
• Falta de interés por el medio que les rodea
• Aparición tardía de la marcha independiente
• Falta de aparición de juego simbólico e imitación
• No realiza garabateos básicos
DE 24 A 36 MESES
• No camina solo o en distintas direcciones
• No lanza ni recibe
• No busca el juego ni interactúa con sus iguales
• No corre
• No imita trazos sencillos
La mirada de los padres
Autora: Azahara Castillo Eslava (Psicóloga)
“Es más fácil la sanación para los niños cuando los padres son capaces de mirarse”
Hago una pequeña reflexión sobre la terapia infantil. Me encanta trabajar con niñ@s. Son sinceros, espontáneos, naturales, creativos y casi siempre presentan menos resistencia al cambio que los adultos.Sin embargo, descubro cada día, que es más terapéutico la mirada de los padres, que la terapia en el hijo. La elección del síntoma en el niño o niña no es al azar, ni tampoco el momento en el que se presenta, por ello siempre hay que ver más allá del síntoma.
L@s niñ@s comunican lo que los padres no son capaces de expresar. Y a su vez, los menores no tienen las herramientas emocionales que tenemos los adultos aunque, sí comparten, la misma necesidad de expresar y gestionar. Sin una buena inteligencia emocional el niño o niña recurrirá al síntoma como modo de expresión.
Por todo ello, considero que no se puede hablar de Terapia Infantil, sin tener en cuenta:
- La participación de los padres en la terapia: Los padres son parte activa del proceso, son quienes mejor conocen a sus hij@s y quienes van a pasar las 24 horas del día con ellos. Los padres son los seres más importantes en la vida de sus hij@s, por ello deben entender:
- ¿Qué está pasando?
- ¿Qué mantiene una conducta indeseada?
- ¿Qué se necesita cambiar para mejorar la situación actual del menor y de la familia?
La mirada de los padres es por tanto un factor indispensable en la terapia.
- El mundo emocional: No se puede olvidar este maravilloso y a veces desconocido mundo. Las emociones están presentes incluso desde antes del nacimiento, y sin embargo no se les da la suficiente importancia a la inteligencia emocional. Tendemos a creer que l@s niñ@s son débiles pero ellos pueden ser seres increíblemente resilientes. Solo hay que ser conscientes que ell@s no pueden afrontar lo que no entienden y el mejor lenguaje para comunicarte será el emocional. Los menores deben saber:
- Percibir emociones
- Comprender emociones
- Utilizar emociones
- Manejar emociones
Explorar el mundo emocional será un regalo de por vida para sus hij@s e indispensable en el proceso terapéutico.
La complejidad del paciente frágil (Pluripatológico)
Autor: Dr. Daniel Gutiérrez Saborido
El concepto de enfermedad crónica ha mostrado una modificación en las últimas décadas pasando de la idea del paciente afecto con una única enfermedad a la más actual y aproximada a la realidad que supone la del paciente pluripatológico, es decir, aquel con varias patologías crónicas que merman su autonomía y le confiere fragilidad clínica.
La condición de enfermo crónico supone un desafío para la familia y su atención sociosanitaria. En recientes trabajos colaborativos se propugna un enfoque distinto para las personas pluripatológicas con enfermedades crónicas que incluye varias actuaciones como son:
• Una evaluación individualizada del nivel de complejidad/riesgo: un diagnóstico integral del paciente que, además de describir los procesos clínicos, incluya su situación social, psicoafectiva, su contexto familiar con especial interés al cuidador principal, situación nutricional y grado funcional. Para estos aspectos existen herramientas validadas en la literatura que han demostrado su utilidad como factores pronósticos de mortalidad, consumo de recursos y deterioro funcional
• Un tratamiento farmacológico integral con una valoración de la adecuación , adherencia y cumplimiento del mismo. En pacientes pluripatológicos con mayor fragilidad se debe evitar en la medida de lo posible la prescripción de medicamentos denominados de alto riesgo y relacionados con aumento del riesgo de caídas
• Una implicación activa del paciente y su entorno familiar en la adherencia del tratamiento y aplicación de cuidados con programas educativos y apoyo al autocuidado
• Una integración real de los cuidados
• Una coordinación eficaz entre los diferentes especialistas como entre la red social y sanitaria
El médico especialista en Medicina Interna aporta una racionalidad clínica en el paciente con pluripatología y comorbilidad, actuando como entidad integradora de dichas enfermedades y su tratamiento conjunto.
Suelo pélvico… ese gran desconocido
Autora: Toña Rodríguez Pareja (Ginecóloga)
El “Suelo Pélvico “, ese concepto que a más de un@ le sonará a mercado inmobiliario… ha llegado para quedarse.
Durante muchos años las mujeres han convivido con patologías que han asumido como normales, y se han resignado ante sus dolencias; en este grupo encontramos las derivadas de los defectos del suelo pélvico, pero ¿qué es el suelo pélvico?
El suelo pélvico, a pesar de ser una de las partes más importantes del cuerpo de una mujer, sigue siendo el gran desconocido. Es el conjunto de músculos y ligamentos que rodean la cavidad abdominal en su parte inferior, sostienen todos los órganos pélvicos (vejiga, uretra, útero, vagina y recto) y aseguran su normal funcionamiento.
Se incluye dentro del sistema core, los músculos profundos que forman las paredes que “encierran” nuestro tronco: el abdomen, el diafragma, los oblicuos, la musculatura lumbar y el suelo pélvico.
La musculatura del suelo pélvico experimenta cambios a lo largo de la vida de la mujer. En algunas ocasiones se debilita y sufre cambios. En otras simplemente requiere más atención.
El suelo pélvico se daña cuando recibe un exceso de presiones, tensiones o lesiones en alguna de las estructuras de la zona pélvica
Hay situaciones de la vida de la mujer como el embarazo, parto, posparto y menopausia que pueden tener repercusión sobre el suelo pélvico. También interfieren sobre él los deportes de impacto, la obesidad, la tos crónica….
¿Cómo puede afectarme el deterioro de mi suelo pélvico?
El suelo pélvico es participe en múltiples situaciones. Un suelo pélvico debilitado puede provocar:
• Incontinencia urinaria
• Prolapsos: caída de los órganos intraabdominales
• Dolor lumbar
• Disfunciones sexuales
• Problemas de estabilidad de la columna lumbar
• Dolor pélvico
• Falta de control de los gases o incontinencia fecal
¿Tiene solución la patología del suelo pélvico?
En la patología de suelo pélvico tiene un papel fundamental la prevención, pero también la rehabilitación y recuperación de las patologías ya generadas. Así como el diagnóstico correcto de las distintas dolencias.
No dejes en el olvido tu suelo pélvico, que puede generarte pérdida en tu calidad de vida. ¡¡¡No te conformes!!!
¿Tu bebé llora por cólicos? Trucos para aliviar el dolor y malestar de tu bebé.
Autora: Eloísa Gómez Maldonado (Fisioterapeuta Pediátrica)
El Síndrome del “cólico del lactante “es un cuadro de diversa etiología y clínica variada que se caracteriza por episodios de llanto intenso e inconsolable que suelen aparecer por la tarde-noche, acompañados de movimientos de encogimiento de las piernas y enrojecimiento de la piel, que no tienen por qué ser diarios, pero que ocurren por lo menos 2-3 veces a la semana y durante varias semanas. También existen los criterios de Wessel, que definió que un bebé sufría de cólicos si lloraban más de 3h al día, por más de 3 días a la semana, durante 3 semanas. Suele ser muy limitado en el tiempo y afecta a los lactantes de entre 15 días y 4 meses de edad. Cada bebé es distinto y siempre puede haber una excepción, pero se ha comprobado que los bebés que sufren de cólico suelen tardar unas dos semanas de vida en presentar dicho trastorno. De hecho, en el caso de bebés prematuros, los cólicos suelen empezar a las dos semanas de vida corregida también.
Técnicas posturales para aliviar el dolor y malestar de tu bebé.
- Pelota de Pilates: Siéntate y bota, le recuerda a la flotabilidad de la placenta y conseguimos que se relaje.
- Posición de avión sobre antebrazo: Para favorecer la salida de los gases coloca tu palma en su abdomen y realiza “el movimiento de las olas”. Balancéalo, así trabajamos su sistema vestibular y conseguimos que se calme.
- Porteo ergonómico y posturas flexionadas: Posición fetal, en “C”. Verticalizar a tu bebé mientras caminas también le da calma y favorece la eliminación de gases por el movimiento de las vísceras al andar.
- Masaje digestivo: Una de las claves importantes para una barriga sin molestias es el MOVIMIENTO, así que hay que buscar que se mueva con masajes y movimiento de sus piernas para quitar tensiones a la tripa. Busca un buen ambiente y posiciona al bebé ligeramente flexionado, utiliza buen aceite y fuera miedos, disfrútalo. Asimismo, es recomendable no hacerlo en los momentos de llanto o dolor.
- Ruido blanco de fondo: Utiliza el secador o el extractor de la cocina mientras lo balanceas. Recuerda, debes mantener tu mano en su abdomen.
- Temperatura: El bebé es muy sensible al cambio térmico y por ello es importante que controles la temperatura. Por ejemplo, calienta las sábanas con un saco de semillas después de hacer piel con piel o portearlo, ya que su temperatura corporal baja y llora.
- ¿Y si se duerme en tus brazos?: BUENÍSIMA NOTICIA. Posiciona la cuna con el colchón ligeramente elevado, no dejes de moverlo y no pierdas el contacto de tu mano con la barriga. Tumba a tu bebé de lado con las piernas flexionadas y una vez tumbado, no dejes de moverlo sin retirar tu mano del abdomen hasta conseguirlo.
No obstante, si tu bebé presenta cuadros de malestar y llanto inconsolable, irregularidad en el patrón de deposiciones, dificultad para gestionar los gases, reflujo gastroesofágico, patrón de movimiento extensor, dificultad para dormir y sospechas que puede estar sufriendo el temido cólico del lactante, sin duda, debes acudir a un fisioterapeuta infantil especializado en esta dolencia y así realizar un buen diagnóstico y paliar los síntomas que el bebé está sufriendo con estrategias de actuación preventivas y terapéuticas.
Eloísa Gómez Maldonado
Fisioterapeuta pediátrica Col. Nº 5608
Terapia de adicciones
La terapia en adicciones consiste en tratamientos que se llevan a cabo para abordar el manejo de las conductas dependientes, mediante la intervención psicológica.
Las adicciones pueden ser psicológicas (ludopatía, adicción al trabajo, a Internet, etc) o químicas (mediada por drogas como la cocaína, heroína, marihuana, tabaco, alcohol etc).
A continuación comentamos brevemente algunas de las adicciones que son más frecuentes en nuestra Sociedad, como son la ludopatía o la adicción a sustancias.
Ludopatía (juego patológico)
La ludopatía es una enfermedad que provoca, en aquellas personas que la sufren, una incapacidad para controlar la necesidad y el impulso de jugar. Tanto es así que, aun sabiendo los graves problemas que les supone, les resulta imposible evitarlo.
El juego patológico se ha convertido en la adicción más frecuente en nuestra sociedad. Este trastorno afecta más a los hombres que a las mujeres, aunque puede darse en cualquier clase social y edad.
No obstante, en los últimos años, ha aumentado la cantidad de adolescentes que necesitan tratamiento.
Adicción a las drogas
De una forma muy parecida a la adicción al juego, la drogodependencia se entiende como el consumo habitual de sustancias adictivas.
Estas drogas provocan cambios en el funcionamiento del cerebro, que a largo plazo, afectan al consumidor en todos los ámbitos de su vida.
La causa de esta adicción es multi factorial. No hay un único motivo que provoque la dependencia sino varios, entre ellos los genes, el sufrimiento emocional, problemas en el hogar o en la escuela, etc.
Principales tratamientos psicológicos en adicciones
Los principales tratamientos psicológicos en adicciones son los siguientes:
• Terapia cognitivo conductual en adicciones
La llamada terapia cognitivo conductual en adicciones consiste en ofrecer técnicas psicológicas a las personas dependientes, para que aprendan a corregir sus conductas a través de nuevas formas de pensar, actuar y sentir.
• Terapia familiar en adicciones
En lo que respecta a la terapia familiar en adicciones, ésta se utiliza para aumentar el compromiso en la realización del tratamiento, tanto de la persona que sufre la dependencia como de su entorno.
• Terapia grupal en adicciones
Finalmente, el objetivo de la terapia grupal en adicciones es romper el aislamiento emocional de la persona enferma, pudiendo ésta compartir sus problemas y angustias sin miedo a ser juzgada.
El impacto social y familiar de la persona con adicciones
Las adicciones provocan un gran impacto emocional y social, no solamente en las personas que las sufren, sino también en su entorno más inmediato. La familia y los amigos deben lidiar con las consecuencias del comportamiento de la persona con dependencia.
En la mayoría de los casos deben, además, procurarles una atención médica y psicológica especializada y cercana.
Es necesario que el tratamiento sea realizado por los mejores profesionales, quienes les ofrecerán una asistencia médica de calidad y un trato personal y humano.
En la terapia de adicciones, el interés y la confianza que transmite el especialista es vital para conseguir que el tratamiento sea un éxito.