Con la edad, el cabello puede perder volumen, densidad, y elasticidad, y es común que el cuero cabelludo también experimente cambios, como sequedad y sensibilidad. Los factores hormonales, junto con una reducción de la producción de aceites naturales, contribuyen a que el cabello sea más propenso a la fragilidad. Sin embargo, con cuidados específicos y hábitos de vida saludables, es posible mejorar su apariencia y salud, asegurando un cabello fuerte y brillante en cada etapa de la vida.
¿Cómo afecta la edad al cabello?
El envejecimiento afecta al cabello tanto en su estructura como en su color y densidad:
- Pérdida de volumen. El pelo se vuelve más fino con la edad, lo que disminuye su volumen.
- Sequedad. La reducción de la producción de aceites hace que el cabello sea más seco y, por lo tanto, más propenso a la rotura.
- Fragilidad. Con la edad, el pelo se vuelve menos elástico y, al ser más frágil, se rompe con mayor facilidad.
- Canas. La melanina en el cabello disminuye, lo que hace que este pierda color y aparezcan las canas.
Para mantener el cabello fuerte y sano, se recomienda tomar unas medidas concretas.
Cuidados básicos para el cabello fuerte en la tercera edad
Los cuidados capilares deben adaptarse a las necesidades de esta etapa de la vida. Es recomendable:
- Evitar el lavado excesivo. Lavar el cabello demasiadas veces puede eliminar sus aceites naturales y provocar sequedad.
- Usar champús suaves y nutritivos. El uso de champús con pH neutro y sin sulfatos ayuda a reducir la irritación del cuero cabelludo.
- Acondicionador hidratante. El acondicionador es clave para restaurar la suavidad y el brillo.
- Evitar productos con químicos fuertes. Colorantes agresivos, decolorantes y otros productos químicos pueden dañar aún más el cabello envejecido.
Productos para el cabello envejecido
El cabello envejecido se beneficia de productos específicos que ayuden a devolverle la hidratación y nutrición que necesita:
- Champús y acondicionadores hidratantes. Los productos con ácido hialurónico, aceites naturales y proteínas pueden ayudar a reparar y nutrir el cabello.
- Mascarillas nutritivas. Aplicar una mascarilla una o dos veces a la semana proporciona hidratación y evita la sequedad.
- Suplementos capilares. En algunos casos, los suplementos ricos en biotina, zinc, y colágeno pueden fortalecer el cabello desde el interior.
Alimentación y salud capilar
La alimentación desempeña un papel crucial en la salud del cabello fuerte. Para prevenir la caída del cabello y mejorar su apariencia es esencial llevar una dieta equilibrada y rica en nutrientes:
- Proteínas. El cabello está compuesto principalmente de queratina, que es una proteína. Consumir alimentos ricos en proteínas como carnes magras, huevos, y lácteos es fundamental.
- Vitaminas B y E. Las vitaminas del complejo B y la vitamina E ayudan a fortalecer el cabello y promover su crecimiento.
- Hierro y zinc. La deficiencia de hierro y zinc está asociada con la caída del cabello. Incorporar alimentos como las espinacas y los frutos secos ayuda a mantener los niveles adecuados.
Evitar la sequedad y el encrespamiento
A medida que el cabello envejece, se vuelve más propenso a la sequedad y al frizz. Para evitar estos problemas, es recomendable:
- Usar productos específicos para cabello seco: champús, acondicionadores y mascarillas hidratantes ayudan a reducir la sequedad.
- Aceites naturales: aplicar unas gotas de aceite de argán o coco en las puntas puede ayudar a reducir el frizz y aportar brillo.
- No usar agua muy caliente al lavar el cabello: el agua caliente elimina los aceites naturales del cuero cabelludo, por lo que se recomienda usar agua tibia.
Estrategias para prevenir la caída del cabello en mayores
La caída del cabello puede intensificarse con la edad debido a cambios hormonales y la disminución de la regeneración celular. Para reducirla:
- Masajes en el cuero cabelludo: aumentan la circulación sanguínea y estimulan los folículos pilosos.
- Evitar el estrés, ya que puede empeorar la caída del cabello. Es importante buscar formas de relajación, como la meditación o el ejercicio.
- Uso de productos anticaída: algunos productos contienen ingredientes que estimulan el crecimiento, como la biotina y la cafeína.
Cómo aumentar el volumen del cabello envejecido
La pérdida de volumen en el cabello es una queja común en la tercera edad. Para combatirla:
- Peinados estratégicos: un corte de cabello en capas puede dar la ilusión de mayor volumen.
- Productos voluminizadores: las espumas y sprays voluminizadores ayudan a que el cabello se vea más lleno.
- Tintes y tratamientos de color: usar tintes de tonos claros puede hacer que el cabello parezca más voluminoso. Es recomendable usar productos sin amoníaco para minimizar el daño.
Cambios en el color del cabello con la edad
Las canas son uno de los signos más evidentes del envejecimiento capilar. Algunas personas deciden teñirlas, mientras que otras optan por dejarlas naturales. En ambos casos, hay opciones para cuidar el cabello:
- Tintes suaves: los tintes sin amoníaco y con ingredientes hidratantes ayudan a cuidar el cabello.
- Champús y acondicionadores específicos para canas: ayudan a mantener un tono brillante y a evitar que las canas se amarilleen.
Tratamientos antiedad para el cabello
En el mercado existen tratamientos diseñados para revertir o minimizar los efectos del envejecimiento en el cabello:
- Tratamientos de queratina. Reponen proteínas esenciales en el cabello, dándole un aspecto más saludable.
- Suplementos capilares. Algunos suplementos están formulados específicamente para fortalecer el cabello y prevenir su caída.
- Terapias antioxidantes. Los productos con antioxidantes ayudan a combatir el daño causado por los radicales libres y el envejecimiento.
Evitar el cabello quebradizo
Con la edad, el cabello se vuelve más quebradizo debido a la pérdida de elasticidad. Para evitarlo:
- Cepillado adecuado. Usar un cepillo de cerdas suaves y no cepillar el cabello cuando esté mojado.
- Cortar las puntas regularmente. Recortar el cabello cada dos o tres meses ayuda a mantenerlo en buenas condiciones.
- Evitar el uso excesivo de herramientas de calor. Los secadores y planchas pueden resecar el cabello, por lo que se recomienda utilizarlos con moderación.
El envejecimiento no tiene por qué ser sinónimo de cabello seco, frágil o sin vida. Adoptar una rutina de cuidado adaptada a las necesidades del cabello en esta etapa, junto con una alimentación equilibrada y productos específicos, permite disfrutar de un cabello saludable y fuerte. Estos cuidados pueden marcar la diferencia, y mantener la autoestima y la imagen positiva durante el envejecimiento.
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