Autora: Eloísa Gómez Maldonado (Fisioterapeuta Pediátrica)
El Síndrome del “cólico del lactante “es un cuadro de diversa etiología y clínica variada que se caracteriza por episodios de llanto intenso e inconsolable que suelen aparecer por la tarde-noche, acompañados de movimientos de encogimiento de las piernas y enrojecimiento de la piel, que no tienen por qué ser diarios, pero que ocurren por lo menos 2-3 veces a la semana y durante varias semanas. También existen los criterios de Wessel, que definió que un bebé sufría de cólicos si lloraban más de 3h al día, por más de 3 días a la semana, durante 3 semanas. Suele ser muy limitado en el tiempo y afecta a los lactantes de entre 15 días y 4 meses de edad. Cada bebé es distinto y siempre puede haber una excepción, pero se ha comprobado que los bebés que sufren de cólico suelen tardar unas dos semanas de vida en presentar dicho trastorno. De hecho, en el caso de bebés prematuros, los cólicos suelen empezar a las dos semanas de vida corregida también.
Técnicas posturales para aliviar el dolor y malestar de tu bebé.
- Pelota de Pilates: Siéntate y bota, le recuerda a la flotabilidad de la placenta y conseguimos que se relaje.
- Posición de avión sobre antebrazo: Para favorecer la salida de los gases coloca tu palma en su abdomen y realiza “el movimiento de las olas”. Balancéalo, así trabajamos su sistema vestibular y conseguimos que se calme.
- Porteo ergonómico y posturas flexionadas: Posición fetal, en “C”. Verticalizar a tu bebé mientras caminas también le da calma y favorece la eliminación de gases por el movimiento de las vísceras al andar.
- Masaje digestivo: Una de las claves importantes para una barriga sin molestias es el MOVIMIENTO, así que hay que buscar que se mueva con masajes y movimiento de sus piernas para quitar tensiones a la tripa. Busca un buen ambiente y posiciona al bebé ligeramente flexionado, utiliza buen aceite y fuera miedos, disfrútalo. Asimismo, es recomendable no hacerlo en los momentos de llanto o dolor.
- Ruido blanco de fondo: Utiliza el secador o el extractor de la cocina mientras lo balanceas. Recuerda, debes mantener tu mano en su abdomen.
- Temperatura: El bebé es muy sensible al cambio térmico y por ello es importante que controles la temperatura. Por ejemplo, calienta las sábanas con un saco de semillas después de hacer piel con piel o portearlo, ya que su temperatura corporal baja y llora.
- ¿Y si se duerme en tus brazos?: BUENÍSIMA NOTICIA. Posiciona la cuna con el colchón ligeramente elevado, no dejes de moverlo y no pierdas el contacto de tu mano con la barriga. Tumba a tu bebé de lado con las piernas flexionadas y una vez tumbado, no dejes de moverlo sin retirar tu mano del abdomen hasta conseguirlo.
No obstante, si tu bebé presenta cuadros de malestar y llanto inconsolable, irregularidad en el patrón de deposiciones, dificultad para gestionar los gases, reflujo gastroesofágico, patrón de movimiento extensor, dificultad para dormir y sospechas que puede estar sufriendo el temido cólico del lactante, sin duda, debes acudir a un fisioterapeuta infantil especializado en esta dolencia y así realizar un buen diagnóstico y paliar los síntomas que el bebé está sufriendo con estrategias de actuación preventivas y terapéuticas.
Eloísa Gómez Maldonado
Fisioterapeuta pediátrica Col. Nº 5608