El primer paso para iniciar una dieta es su personalización, porque de lo contrario nos arriesgamos a sufrir daños cardiovasculares, hepáticos y renales, así como trastornos de la conducta alimentaria
Septiembre es el mes de los buenos propósitos. El mes por excelencia para comenzar una dieta. El objetivo no es otro que perder esos kilos (entre tres y seis, según los expertos) que se han ganado durante las vacaciones.
En verano comemos menos, pero engordamos porque lo hacemos peor. Y la razón está en el descontrol de horarios y rutinas, las comidas fuera de casa y el abandono del ejercicio físico. Pero cuando llega el mes de septiembre nos llenamos de buenos propósitos, y uno de los principales tiene que ver con la báscula.
Casi seis millones de españoles intentarán adelgazar durante este mes de septiembre, si bien solo cumplirán su objetivo 5 de cada 100, según los datos de la Unidad de Endoscopia Bariátrica del Hospital HM Sanchinarro de Madrid.
Así que lo bueno es que 300.000 personas lograrán adelgazar de forma permanente, ya sea por primera vez o como parte de una rutina después de la temporada estival. Pero lo malo es que la gran mayoría no conseguirá su objetivo.
Y la pregunta que asalta de inmediato es ¿por qué una inmensa mayoría abandona la dieta a los pocos días de empezar?
- Por las dificultades que supone.
- Por el temido efecto rebote después de perder algunos kilos.
- Por las peligrosas dietas ‘milagro’ que constituyen un riesgo para nuestra salud.
Y es que este tipo de regímenes, que no vienen avalados por un especialista, carecen de todos los nutrientes necesarios para el día a día y son muy bajos en calorías.
Dieta: siempre planificada y personalizada por un profesional médico
El doctor Miquel Samarra, explica en conversación con ‘Guías de Salud’ que el primer paso para iniciar una dieta es su personalización. No hay que dejarse llevar por aquellos regímenes que prometen adelgazar en pocos días y sin ningún tipo de control, ya que nos arriesgamos a sufrir daños cardiovasculares, hepáticos y renales, así como trastornos de la conducta alimentaria.
Todos los planes nutricionales no están indicados para todas las personas, las necesidades y los estilos de vida son diferentes. Y por eso el nutricionista de Ysonut España señala que: “Es fundamental el asesoramiento y seguimiento por parte de un profesional cualificado, sea médico, nutricionista o dietista”.
Después de una entrevista con el paciente y unas pruebas analíticas, el profesional sabrá “qué tipo de dieta le conviene más a esa persona en concreto” para que perder peso no le suponga un riesgo para la salud. Además, a partir de ese momento es muy conveniente que su estado y evolución se mantenga controlado con revisiones periódicas.
Sin embargo, el primer paso es “tener voluntad de perder peso y tener compromiso de mantener los cambios a medio-largo plazo. Sin estas premisas, acudir a un especialista funciona solo a corto plazo”.
Y con respecto a la creencia popular que adelgazar de forma rápida tiene consecuencias perjudiciales, el doctor Samarra aclara: “No es peligrosa la pérdida de peso rápida si se hace de manera adecuada. La persona, eso sí, deberá estar asesorada en todo momento por un profesional cualificado que tenga conocimientos sobre cómo hacerlo”.
Efecto rebote: ¿Se puede evitar?
Recuperar el peso perdido e incluso más, después de una dieta, es más que un riesgo una realidad demasiado frecuente. Pero aunque “existe el mito que asocia la pérdida de peso rápida al efecto rebote“, el especialista resalta que “no tiene por qué ser así”.
El efecto rebote responde a la vuelta de los hábitos alimentarios antiguos. Por ello, especifica que “los atracones suelen ser la manera que la persona ‘resuelve’ un conflicto emocional. En ambos casos, la personalidad del paciente, su carácter y su forma de ser determinan la predisposición al efecto rebote y a los atracones. Por lo tanto, la clave es pulir y cambiar el carácter, no cambiar de médico ni de dieta”.
¿Qué alimentos se deben eliminar de la dieta para adelgazar?
El doctor Samarra es contrario a eliminar ciertos alimentos en una dieta baja en calorías, aunque siempre que se tomen con cabeza. Pero tiene claro que hay que restringir al máximo posible los productos ultraprocesados, cargados de azúcar y harinas refinadas, enemigos de lo saludable.
La fruta prohibida, destaca, siempre es más apetecible. “Educar en una alimentación correcta implica que la persona ha adquirido un conocimiento alimentario, y la persona sabe, por lo tanto, qué alimentos deben ser consumidos regularmente y cuáles excepcionalmente”.
Tampoco hay que sustituir esos productos ultraprocesados por la versión light o 0% azúcar. Ni son más saludables ni siempre están libres de azúcares. Tal y como aclara la dietista-nutricionista, doctora Elena de la Fuente, “tienen una connotación errónea de lo que es saludable”.
Este tipo de alimentos, para no perder su parte de palatabilidad (agradable al paladar), están elaborados con más grasas y harinas, es decir, con mayor valor calórico. “Si quieres merendar unas galletas porque ese día se te ha antojado, permítetelas, pero tómate primero tu pieza de fruta”. La clave es no prohibir, pero sí priorizar las frutas, las verduras, las legumbres y los granos enteros.