La caída del cabello se ha visto incrementada en los últimos años por el estrés que tiene un efecto negativo en el control hormonal y por los cambios de alimentación. La pérdida de cabello en la mujer es muy común con una disminución de la densidad sobre todo en la parte frontal y parietal de la cabeza.
La alopecia es peor aceptada por la mujer que por el hombre y con mayor impacto en la mujer desde el punto de vista social. Desde Salud Integral se apuesta fuerte por el diagnóstico y el tratamiento precoz mediante las últimas tecnologías y tratamientos con evidencia científica en la patología capilar.
Momentos como el embarazo y el parto, producen alteraciones hormonales a las que es sensible el folículo piloso, a lo cual se suma alteraciones nutricionales como la anemia en el tercer trimestre del embarazo. Esta caída, denominada efluvio es una caída aguda que no dura más de 6 meses o 1 año y en la que es necesario el aporte de los nutrientes de los que carecemos, y evitar en lo posible las agresiones directa al pelo (tales como las altas temperaturas) junto a tratamientos médicos que nos ayuden a frenar dicha caída. Intentamos evitar que este efluvio agudo no se convierta en crónico.
La suspensión de tratamientos hormonales anticonceptivos provoca también alteraciones hormonales a las que son sensibles los folículos pilosos dando un efluvio (caída) del cabello de forma aguda al acortarse la fase del crecimiento del piloso.
Otro momento fundamental para el cabello en la mujer es la menopausia donde la caída paulatina de estrógenos produce aumento relativo de los andrógenos, produciendo una caída igual a la que sucede en los hombres. Incluso en perimenopausia ya el cabello se vuelve más fino y quebradizo. El aumento relativo de esa virilización hace que el ciclo de vida del pelo se acorte, haciendo más evidente la caída.
No siempre la menopausia afecta de la misma manera porque debemos tener en cuenta el estado previo del cabello y como no a nuestra herencia genética. La aplicación de minoxidil para esta etapa es el tratamiento tópico eficaz para el tratamiento de la caída en esta etapa.
El cabello es, como hemos dicho muy sensible a trastornos hormonales por ello las alteraciones del tiroides provocan un menor grosor y caída del mismo.
Otras patologías que cursan con excesiva cantidad de andrógenos tienen como consecuencia la caída del cabello. Por ello para el médico capilar, la analítica hormonal es decisiva en el diagnóstico de la caída del cabello, así como para prescribir el tratamiento adecuado.
El aporte nutricional por vía oral (hierro fundamentalmente), tratamientos de las patologías detectadas, o el aporte local de vitaminas, inhibidores hormonales, oligoelementos y factores de crecimiento (mediante técnicas de Mesoterapia capilar, microneedling capilar o Plasma rico en plaquetas), e incluso la bioestimulación con CO2, Laser de baja potencia y LED, son tratamientos con evidencia científica para frenar la caída, aumentar el grosor del cabello, la calidad del mismo y como no, evitar la miniaturización progresiva del cabello y su pérdida completa.