Consejos importantes para alérgicos al polen
Si tenemos alergia a un polen, o a varios, y estamos en la época en que salir a la calle significa no parar de estornudar, ni de rascarnos los ojos, de llorar o de toser, es fundamental realizar una serie de medidas para poder hacer nuestra vida diaria sin “morir en el intento”.
1. Lo más importante es conocer los pólenes a los que tenemos alergia. Se puede tener alergia a un solo polen o a varios a la vez (diferentes plantas), será el Alergólogo el que nos hará el estudio y nos lo confirmará. Cada planta libera el polen en determinadas épocas del año, si conocemos la planta a la que tenemos alergia, podemos saber cuándo libera el polen y por tanto, en qué época tenemos que ir con especial cuidado. Disponemos de páginas webs (www.polenes.com, www.seaic.org) y aplicaciones para móviles (Alertapolen, Polencontrol) donde ofrecen información actualizada y detallada. Aquí tenéis las épocas de polinización más comunes:
- Invierno: arizónicas, tuyas y cipreses.
- Marzo-abril: platanero de sombra.
- Mayo-junio: gramíneas y olivo.
- Otoño y primavera: parietaria.
- Otoño: artemisa.
2. Utilizar mascarillas o filtros nasales para evitar respirar los granos de polen. Así mismo, utilizar gafas de sol para limitar el contacto directo del polen con los ojos. Las personas que utilicen lentillas deben dejar de usarlas durante esos días ya que el polen se acumula alrededor de ellas y puede llegar a producir daño ocular importante. Se aconseja utilizar lágrimas artificiales que contengan ácido hialurónico para limpiar e hidratar muy bien el ojo sensible.
3. Extremar la higiene de manos y cara, limpiando con agua fresca la nariz y los ojos frecuentemente. Al llegar a casa de la calle, desprendernos de toda la ropa, echarla a lavar y darnos una ducha para eliminar los restos de pólenes.
4. Seguir la medicación y las pautas prescritas por el médico. No olvidar que existen fármacos antihistamínicos que pueden provocar somnolencia, por lo que debe tenerse en cuenta a la hora de conducir o de realizar actividades que requieran concentración.
5. Evitar el contacto directo con las plantas productoras del polen al que se es alérgico. En personas muy sensibles pueden producir eccemas y habones en la piel.
6. Viajar en coche con las ventanillas cerradas. Evitar los desplazamientos en moto o en bicicleta.
7. Utilizar filtros anti polen en el aire acondicionado del coche, y revisarlos antes de la época de polinización.
8. En el domicilio limpiar con el polvo con bayeta húmeda, utilizar aspirador, ventilar la casa durante poco tiempo (unos 5 minutos es suficiente) y mejor al mediodía que es cuando la concentración de polen es menor. La concentración mayor ocurre por la noche.
9. Vigilar especialmente los días de tormenta de alto contenido eléctrico y los días de viento, ya que las concentraciones de pólenes aumentan mucho.
10. No colgar ni tender ropa en el exterior ya que el polen se puede quedar pegado en la tela.
11. Lavar y/o pelar muy bien la fruta y verdura antes de comerla. El polen se encuentra con frecuencia adherido a la piel. Los productos obtenidos de las abejas (miel, propóleo) también pueden contener polen en su interior.
Además de intentar cumplir bien todos estos consejos, lo ideal es poder realizar un tratamiento adecuado de la causa mediante vacunas específicas que eviten el progreso de la enfermedad alérgica: es decir, que lo que era sólo una rinitis se convierta en asma, y lo que era una alergia a un solo polen, se convierta en una alergia a varios de ellos originando un empeoramiento importante en la calidad de vida de la persona afectada.