La enfermedad silenciosa: la endometriosis
Quizás, muchas mujeres a lo largo de su vida, han padecido síntomas como un sangrado abundante durante la menstruación, molestias que le impiden levantarse del sofá o dolor durante las relaciones sexuales, que han normalizado y que poco después han descubierto que se trataba de la enfermedad invisible denominada Endometriosis.
La Endometriosis es una enfermedad crónica, que normalmente es diagnosticada en mujeres entre 20 y 40 años. Es definida como una “patología hormonodependiente causada por la presencia de tejido endometrial fuera de la cavidad uterina, que induce una reacción inflamatoria crónica” (Torres et al,. 2021). Tiene una prevalencia entre el 6 y 10% de la población femenina, y alrededor del 30-50% de las mujeres con endometriosis presentan infertilidad (Butlletí et al., 2010). Además, son diversos los estudios que tratan de buscar una causa común ante la aparición de esta enfermedad. La mayoría de ellos coinciden que la predisposición genética, así como antecedentes familiares, acontecimientos perinatales, un menor índice de masa corporal durante la infancia y adolescencia, y la presencia de abusos sexuales y maltrato físico, son factores predisponentes que favorecen el desarrollo de la enfermedad en la vida adulta.
Existen tres tipos de endometriosis claramente diferenciados:
1) Endometriosis peritoneal superficial (SUP): es la menos grave, las lesiones endometriales superficiales aparecen en el peritoneo.
2) Endometriomas ováricos (OMA): masas quísticas que surgen del crecimiento de tejido endometrial ectópico dentro del ovario.
3) Endometriosis profunda (DIE) : es el tipo más grave, el tejido endometrial infiltra más de 5 mm la superficie peritoneal o infiltra la muscularis propia de los órganos pélvicos como vejiga, intestino y uréteres.
De manera general, la endometriosis causa dolor, así como infertilidad. Los síntomas más frecuentes son: dolor crónico pélvico (dismenorrea), dispareunia, dolor menstrual intenso y flujo irregular y/o manchado premenstrual, tenesmo y disquecia, hematoquecia, diarrea, cistitis intersticial, entre otros.
Por tanto, la endometriosis es una enfermedad que afecta de manera negativa a la calidad de vida de las mujeres, los signos y síntomas hacen que dificulten la rutina diaria. Es evidente que los síntomas no son solo presentados a nivel físico en la persona, sino que también repercuten a nivel sexual y a nivel psicológico; estrés, ansiedad, depresión…
¿Cómo afecta a la sexualidad?
Los síntomas relacionados con la endometriosis explican un marcado deterioro en la calidad de vida sexual de la mujer. Se observa una disminución en el número y calidad de relaciones sexuales asociadas a una baja autoestima y satisfacción sexual en general. El impacto negativo que tiene la endometriosis en la vida sexual es causado principalmente por la dispareunia y el dolor pélvico crónico.
La dispareunia es la más frecuente en endometriosis de tipo DIE, y se define como dolor genital persistente y recurrente que ocurre justo antes, durante o después de tener relaciones sexuales. Existen dos tipos de dispareunia; la superficial (aquella que se refiere al dolor en la entrada inicial de la vagina) y la profunda (aquella que se refiere al dolor con la penetración profunda). Esta última, es la que más aparece en comorbilidad con la endometriosis. (Shum et al,. 2018).
No debemos olvidar, que el estado psicológico en que se encuentra la persona, afecta de manera directa a la calidad de vida sexual. Por tanto, los síntomas depresivos y ansiosos son muy frecuentes en mujeres con Endometriosis, y esto hace que disminuyan los encuentros sexuales y se desarrollen conductas de evitación así como la inhibición del deseo.
¿Qué podemos hacer? 6 consejos para convivir con la Endometriosis.
● Alimentación sana y equilibrada : evitar las dietas alimentarias muy restrictivas.
● Evitar la cafeína, tabaco y alcohol.
● Ejercicio físico.
● Disminución del estrés.
● Descansar y tener una calidad de sueño óptima.
● Acude al ginecólogo ante cualquier cambio o dolor.
Además, existen múltiples tratamientos sobre los que se está llevando a cabo una gran investigación con el fin de paliar síntomas y reducir el impacto que la endometriosis tiene en la calidad de vida de la mujer. No debemos olvidar que el tratamiento debe ajustarse e individualizarse en función de la sintomatología presentada.
Los tratamientos médicos más comunes en el control de la sintomatología son; la administración de anticonceptivos orales combinados y las progesteronas, así como el tratamiento con danazol. A veces, la sintomatología persiste, y la cirugía es la opción siguiente.
Los tratamientos psicológicos son un apoyo necesario en el manejo del estado emocional, debido a la ansiedad y la depresión generada, así como la posible aparición de otros trastornos psiquiátricos, además de trabajar los problemas asociados con la calidad de vida sexual. Diversos estudios, mencionan como una buena alternativa, los ejercicios de relajación así como el Mindfulness, para mejorar la calidad de vida y salud física.
Por lo tanto, sería recomendable consultar con un profesional ante la presencia de síntomas psicológicos. No debemos olvidar que son tan importantes como los síntomas físicos y así las mujeres verán como estos disminuyen o remiten, permitiéndoles llevar una calidad de vida superior así como una vida sexual satisfactoria.
Los Miomas Uterinos
Autora: Dra. Toña Rodríguez Pareja
Unidad de Salud de la Mujer de Higea Salud Integral
Los miomas uterinos, también conocidos como fibromas uterinos o leiomiomas, son tumores benignos que se desarrollan en el útero de las mujeres. Estos tumores están compuestos principalmente por tejido muscular y tejido conectivo, y pueden variar en tamaño desde pequeños nódulos hasta masas grandes.
Los miomas uterinos son muy comunes, y se estima que afectan a alrededor del 20% al 80% de las mujeres en algún momento de sus vidas, generalmente durante la edad reproductiva. La mayoría de las veces, los miomas uterinos no causan síntomas y pueden pasar desapercibidos. Sin embargo, en algunos casos, pueden provocar problemas de salud y síntomas incómodos.
Los síntomas más comunes asociados con los miomas uterinos incluyen períodos menstruales abundantes y prolongados, dolor pélvico, presión o sensación de plenitud en la parte inferior del abdomen, necesidad frecuente de orinar, dificultad para vaciar la vejiga por completo, dolor durante las relaciones sexuales y distensión abdominal. En casos raros, los miomas pueden interferir con la fertilidad o causar complicaciones durante el embarazo, como parto prematuro o aborto espontáneo.
La causa exacta de los miomas uterinos no se conoce con certeza, pero se cree que varios factores pueden contribuir a su desarrollo, incluyendo cambios hormonales, predisposición genética y factores de crecimiento. Los miomas uterinos generalmente se diagnostican mediante un examen pélvico, ecografía u otras pruebas de imagen.
El tratamiento para los miomas uterinos depende de la gravedad de los síntomas, la edad de la mujer, sus planes de tener hijos en el futuro y la ubicación y tamaño de los miomas. Las opciones de tratamiento pueden incluir desde medicamentos para controlar los síntomas, hasta cirugía para extirpar los miomas o, en casos más graves, la extirpación completa del útero (histerectomía).
Es importante destacar que, si bien los miomas uterinos pueden ser preocupantes, la mayoría de ellos son benignos y no representan un riesgo para la salud general o la vida de una mujer. Si tienes preocupaciones sobre los miomas uterinos, te recomiendo consultar a un médico especialista en ginecología quien podrá evaluar tu situación específica y ofrecerte el mejor tratamiento y manejo.
La Candidiasis Vaginal
Autora: Dra. Toña Rodríguez Pareja
Unidad de Salud de la Mujer de Higea Salud Integral
La infección genital por hongos en la mujer es comúnmente conocida como candidiasis vaginal. Es causada por el crecimiento excesivo del hongo Candida, en particular la especie Candida albicans, en la región genital femenina.
Los síntomas más frecuentes de la infección por hongos incluyen:
- Picazón intensa en la zona genital.
- Ardor o dolor al orinar.
- Enrojecimiento e inflamación de la vulva.
- Flujo vaginal espeso, blanco y similar al requesón.
Las infecciones por hongos pueden ser causadas por diversos factores, como cambios en los niveles hormonales, uso de antibióticos, diabetes no controlada, uso de ropa ajustada o húmeda, embarazo y sistema inmunológico debilitado.
El tratamiento para la infección por hongos generalmente implica el uso de antifúngicos tópicos, como cremas o supositorios vaginales, que pueden comprarse sin receta médica en la mayoría de los casos. Es importante seguir las instrucciones de uso y completar el tratamiento recomendado, incluso si los síntomas desaparecen antes.
Además del tratamiento médico, puedes tomar medidas para prevenir futuras infecciones por hongos, como mantener la zona genital limpia y seca, evitar el uso de productos perfumados o irritantes en la zona, usar ropa interior de algodón y evitar el uso prolongado de antibióticos, a menos que sean recetados por un médico.
Si experimentas síntomas de infección genital por hongos, te recomiendo que consultes a un médico o ginecólogo para obtener un diagnóstico preciso y recibir el tratamiento adecuado. El profesional de la salud podrá evaluar tus síntomas, realizar pruebas si es necesario y proporcionarte las recomendaciones apropiadas para tu situación particular.