Autor: Cristina Calvo Notario
Fisioterapeuta Pediátrica.
Unidad de Salud Infantil y Juvenil – Higea Salud Integral
El frenillo lingual corto, también conocido como anquiloglosia o “tongue-tie” en inglés, es una condición en la cual el frenillo lingual (una banda de tejido que conecta la parte inferior de la lengua con el suelo de la boca) es más corto o más grueso de lo normal. Esto puede afectar la movilidad de la lengua y causar problemas en la alimentación y el habla.
En los recién nacidos, el frenillo lingual corto puede presentar dificultades durante la lactancia materna. La lengua no puede moverse libremente y extenderse adecuadamente para amamantar, lo que puede llevar a problemas de agarre, succión ineficiente y bajo aumento de peso en el bebé. Algunos signos de un frenillo lingual corto en los recién nacidos incluyen dificultad para agarrarse al pecho, una pobre ganancia de peso, una madre con dolor en los pezones o grietas en los pezones.
Si se sospecha que un recién nacido tiene frenillo lingual corto, se recomienda que un profesional de la salud, como un pediatra o un consultor de lactancia, evalúe al bebé. El diagnóstico se realiza observando el frenillo lingual y evaluando la movilidad de la lengua.
El tratamiento para el frenillo lingual corto en los recién nacidos puede variar según la gravedad del caso y los síntomas que presente el bebé y la madre. En algunos casos, se puede recomendar la realización de un procedimiento llamado frenotomía o frenectomía lingual, en el cual se corta o libera parcialmente el frenillo para permitir una mayor movilidad de la lengua. Este procedimiento es rápido y generalmente se realiza en el consultorio del médico sin necesidad de anestesia.
Es importante que los padres consulten con un profesional de la salud si sospechan que su recién nacido tiene un frenillo lingual corto. El profesional podrá evaluar adecuadamente la situación y brindar las recomendaciones y el tratamiento adecuados para mejorar la alimentación y el bienestar del bebé.