Autor: Álvaro Donoso Ruiz-Castizo
Readaptador físico y deportivo
Unidad de Salud Musculoesquelética de Higea Salud Integral
La readaptación funcional en una rotura del ligamento cruzado anterior (LCA) es un proceso importante para la recuperación y el retorno a las actividades deportivas o funcionales. La rotura del LCA es una lesión común en la rodilla que puede ocurrir durante la práctica de deportes que implican movimientos bruscos, como el fútbol, baloncesto o el esquí.
La readaptación funcional tiene como objetivo restaurar la función y estabilidad de la rodilla afectada después de una rotura del LCA, ya sea mediante tratamiento conservador o quirúrgico. Aunque la cirugía de reconstrucción del LCA es comúnmente recomendada, el enfoque de rehabilitación puede variar dependiendo de las circunstancias individuales, como la edad, nivel de actividad y grado de lesión.
El proceso de readaptación funcional generalmente involucra varias fases, que pueden incluir:
Fase inicial: Después de la lesión o cirugía, se busca reducir la inflamación y el dolor. Se pueden utilizar terapias como el reposo, la crioterapia (aplicación de hielo), la compresión y la elevación de la rodilla (RICE, por sus siglas en inglés: Rest, Ice, Compression, Elevation). Además, se pueden utilizar dispositivos de asistencia, como muletas, para evitar el peso completo sobre la rodilla.
Fase de recuperación de la movilidad: Una vez que la inflamación y el dolor se hayan reducido, se enfoca en recuperar la movilidad y el rango de movimiento de la rodilla. Se pueden realizar ejercicios de movilización pasiva y activa, estiramientos suaves y ejercicios de flexibilidad.
Fase de fortalecimiento: En esta etapa, se trabaja en fortalecer los músculos que rodean la rodilla, incluyendo los cuádriceps, isquiotibiales, glúteos y músculos de la pantorrilla. Se pueden realizar ejercicios de fortalecimiento progresivos, como ejercicios con pesas, bandas elásticas, máquinas de resistencia y ejercicios funcionales que simulen los movimientos deportivos específicos.
Fase de entrenamiento funcional: En esta etapa, se enfoca en mejorar la estabilidad y la coordinación de la rodilla durante las actividades funcionales y deportivas. Se pueden realizar ejercicios de equilibrio, ejercicios pliométricos (saltos y aterrizajes controlados), entrenamiento de propiocepción y ejercicios específicos del deporte o actividad que se practique.
Es importante destacar que la readaptación funcional debe ser supervisada por un profesional de la salud, como un fisioterapeuta o médico especializado en medicina deportiva. El programa de rehabilitación se adapta según las necesidades individuales del paciente y la evolución de la lesión. También se debe tener en cuenta que la readaptación funcional puede llevar varias semanas o meses, dependiendo de la gravedad de la lesión y la respuesta del paciente al tratamiento.
En resumen, la readaptación funcional en una rotura del ligamento cruzado anterior implica una serie de fases progresivas que abarcan desde la reducción de la inflamación y el dolor hasta el fortalecimiento muscular y el entrenamiento funcional específico. El objetivo final es permitir al individuo volver a realizar las actividades deportivas o funcionales de manera segura y con una buena función de la rodilla afectada.