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7 síntomas comunes de abstinencia

Tratar de dejar de fumar es diferente para cada persona, pero casi todas tendrán algunos síntomas de abstinencia de la nicotina. Cuando deja de fumar, el cuerpo y el cerebro tendrán que acostumbrarse a no tener nicotina. Esto puede resultar incómodo, pero la abstinencia de la nicotina no le hace daño, ¡a menos que se rinda y se fume un cigarrillo!

Con el tiempo, los síntomas de abstinencia desaparecerán siempre y cuando no fume.

1. Tener deseos o ganas de fumar

señal de tráfico

Casi todas las personas que fuman con regularidad tienen ganas o deseos de fumar cuando dejan de hacerlo. Estos deseos o ganas podrían ser leves o, a veces, abrumadores. Descubrir cómo lidiar con ellos es una de las cosas más importantes que puede hacer para tener éxito.

Maneras de controlarlo: hay MUCHAS cosas que puede hacer para que los deseos y las ganas sean menos problemáticos. Los medicamentos para dejar de fumar pueden ayudar mucho, al igual que los consejos para dejar de fumar. Las ganas pueden desencadenarse por cosas que le hacen pensar en fumar, como las personas con las que fumaba, un lugar en el que fumaba con frecuencia o cosas que solía hacer mientras fumaba, como tomar una taza de café. Incluso un pensamiento o un sentimiento pueden desencadenar las ganas. Sin embargo, otros pensamientos pueden ayudarle a superar las ganas, como recordar por qué está dejando de fumar. Recuerde que nunca tiene que ceder a las ganas y que siempre pasarán.

Consejos para manejar la abstinencia
  • Use un medicamento para dejar de fumar.
  • Manténgase ocupado y distráigase.
  • Manténgase activo: ¡algo de actividad física es mejor que nada!
  • Pase tiempo con amigos que no fumen.
  • Vea otras formas de manejar la abstinencia.

2. Sentirse irritado, malhumorado o molesto

Es muy común sentirse irritado o de mal humor cuando deja de fumar. Incluso muchas personas que nunca han fumado saben que esto forma parte de dejar de fumar. Saber que esto es normal puede resultar útil.

Maneras de controlarlo: recuerde que probablemente se siente así porque su cuerpo se está acostumbrando a estar sin nicotina. Respire profundamente unas cuantas veces y recuérdese por qué está dejando de fumar.

3. Sentirse nervioso e inquieto

Es normal sentirse nervioso o inquieto durante los primeros días o semanas después de dejar de fumar. Así como al principio su mente se irrita por falta de nicotina, el resto de su cuerpo también.

Maneras de controlarlo: hacer algo de actividad física puede ayudar a reducir su nerviosismo. Levántese y camine un poco si se siente inquieto. Trate de reducir el consumo de café, té y otras bebidas con cafeína. Cuando deja de fumar, la cafeína permanece más tiempo en su cuerpo.

4. Tener dificultad para concentrarse

Podría notar que es más difícil concentrarse en los primeros días después de dejar de fumar; esto es muy común.

Maneras de controlarlo: trate de no exigirse mucho, especialmente en los primeros días después de dejar de fumar. Si puede, trate de limitar las actividades que requieran una gran concentración.

5. Tener problemas para dormir

Es común tener algunos problemas para dormir al principio, después de dejar de fumar. Esto mejorará, pero si le molesta, pida ayuda a su proveedor de atención médica. Si se agota debido a la falta de sueño, esto puede hacer que sea más difícil dejar de fumar.

Maneras de controlarlo:

  • Si toma con regularidad café, té u otras bebidas con cafeína, no las beba al final de la tarde ni por la noche. Cuando deja de fumar, la cafeína permanece más tiempo en su cuerpo.
  • Si está usando el parche de nicotina, trate de quitárselo una hora antes de acostarse. A veces, la nicotina del parche puede afectarle el sueño.
  • Trate algunas de las otras cosas que pueden ayudarle a dormir bien por la noche:
    • No mire televisión ni use teléfonos, computadoras o libros electrónicos en la cama.
    • Asegúrese de que su dormitorio sea tranquilo, oscuro, relajante y tenga una temperatura agradable.
    • No coma una comida pesada ni tome alcohol antes de acostarse.
    • Agregue algo de actividad física a su día (pero no justo antes de acostarse).
    • Acuéstese y levántese aproximadamente a la misma hora todos los días, incluso los fines de semana.

6. Sentir más hambre o subir de peso

Es normal que su apetito aumente un poco cuando deja de fumar. Además, es posible que su cuerpo no queme calorías tan rápido. También podría estar comiendo más debido al estrés de dejar de fumar o por tener algo que hacer con las manos y la boca. ¡La comida puede ser incluso más placentera porque sus sentidos del olfato y del gusto no están siendo opacados por todo ese humo!

Maneras de controlarlo: si bien algunas personas pueden subir de peso después de dejar de fumar, es importante para su salud dejar de fumar lo antes posible. A continuación, se incluyen algunas cosas sencillas que puede hacer para ayudar a controlar el aumento de peso después de dejar de fumar. ¡La ventaja es que estas cosas le ayudarán a desarrollar comportamientos saludables para seguir sin fumar de por vida!

  • Tome meriendas de forma inteligente. Si come entre comidas, busque algunos alimentos saludables y bajos en calorías que aún le ocupen las manos y la boca, como el apio, las zanahorias o las mentas sin azúcar. También puede mantener ocupadas las manos y la boca con un palillo o una pajita.
  • Manténgase activo. Cualquier actividad física es mejor que nada. Incluso si no desea matricularse en un gimnasio o comenzar a correr, ¡el simple hecho de salir a caminar puede tener beneficios reales para la salud!
  • Cuando coma, concéntrese en comer. Comer es a menudo algo que hacemos en segundo plano mientras miramos la televisión o revisamos el teléfono. Cuando comemos así, comemos más. Cuando deje de fumar, asegúrese de eliminar las distracciones mientras come. Además, trate de comer un poco más lento y concéntrese en disfrutar su comida. Esto puede ayudarlo a darse cuenta cuándo se está sintiendo satisfecho.

Si le preocupa subir de peso, un asesor para dejar de fumar puede ayudar con otros consejos, o usted puede pedirle ayuda a su proveedor de atención médica.

7. Sentirse ansioso, triste o deprimido

Las personas que fuman tienen más probabilidad de sentir ansiedad o depresión que las que no fuman. Algunas personas sienten cambios en su estado de ánimo por un tiempo breve después de dejar de fumar. Esté atento a esto, especialmente si alguna vez ha tenido ansiedad o depresión.

Para algunas personas, podría parecer que fumar les ayuda con la ansiedad o la depresión, pero no se deje engañar. Fumar podría hacerlo sentir mejor a corto plazo, pero eso se debe a que la nicotina de los cigarrillos frena el malestar de la abstinencia, no porque ayuda con la ansiedad o la depresión. ¡Hay muchas mejores formas de lidiar con los síntomas de abstinencia y los cambios en su estado de ánimo que volver a fumar! La buena noticia es que una vez que las personas han dejado de fumar durante unos meses, su grado de ansiedad y depresión suele ser más bajo que cuando fumaban.

Maneras de controlarlo:

  • Manténgase activo. Mantenerse físicamente activo puede ayudarlo a mejorar su estado de ánimo. Empiece poco a poco y aumente con el tiempo. Esto puede ser difícil de hacer si se siente deprimido. Sin embargo, sus esfuerzos darán sus frutos.
  • Estructure su día. Permanezca ocupado. Si puede, salga de la casa.
  • Conéctese con otras personas. Mantenerse en contacto o hablar con otras personas todos los días puede mejorar su estado de ánimo. Trate de conectarse con personas que apoyan sus esfuerzos para dejar de fumar.
  • Recompénsese. Haga cosas que disfruta. Incluso las cosas pequeñas suman y lo ayudan a sentirse mejor.
  • Consulte con un proveedor de atención médica. Si en un par de semanas no se siente mejor o sus síntomas parecen inmanejables, es importante que se comunique con un proveedor de atención médica.
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